El sitio web de CNN publicó la semana pasada una historia que me hizo llorar. Miles Scott sufrió leucemia desde antes de cumplir los 2 años. Ahora que tiene 5 años, ya terminó su tratamiento y gracias a Dios la enfermedad entró en remisión.
Pero Miles había expresado un deseo un poco inusual: Quería vivir en Ciudad Gótica y acabar con el mal tal y como Batman lo hace. Si, lo sé, un sueño bastante excéntrico, y hasta podría calificarse como "imposible". ¿Pero adivina qué? La organización Make-A-Wish lo llevó a cabo!!.
La ciudad de San Francisco se unió para cumplir EL sueño de UN niño. Aproximadamente 12,000 voluntarios confabularon para crear Ciudad Gótica. Hubo de todo: el traje respectivo de Batman y "Batkid", la baticueva, peleas con sus enemigos Acertijo y Pingüino, el rescate de una mujer que estaba amarrada a una bomba, la liberación de la mascota del equipo de béisbol de los Gigantes, una portada en el San Francisco Chronicle. Además, el alcalde premió sus actos de valentía con las llaves de la ciudad y hasta el Presidente Obama le envió un saludo! Esto sin mencionar que su historia fue seguida en las redes sociales masivamente.
¿Te imaginas lo emocionante que esta experiencia fue para Miles? ¿Qué habrá sentido? ¿Qué habrá pensado? Estoy segura que él se creyó un súper héroe, estoy segura que disfrutó ver a miles de personas a su alrededor, estoy segura que no dudó ni por un instante que todo lo que él había soñado se convertiría en realidad.
Creo que lo que más me conmovió de esta historia es pensar que las personas que organizaron este día para Miles se esforzaron al máximo y no escatimaron nada con tal de hacerlo vivir su deseo. Involucraron a los bomberos, la policía, empresarios, hoteles, periodistas, políticos y ciudadanos en general. Y este chico ni cuenta se dio de todo lo que esto requirió, simplemente lo vivió, lo disfrutó, lo recibió.
Luego, me pregunté, si una organización dirigida por un grupo de personas hizo esto por un niño, ¿cuánto más está dispuesto Dios a hacerlo por nosotros? Él; que no tiene limitaciones de nada, Él; que tiene los mejores contactos del mundo, Él; que no escatimó ni a su propio Hijo por el amor que nos tiene.
Yo he tenido muchos sueños a lo largo de mi vida. Algunos de ellos ya fueron concedidos, a otros renuncié porque nunca se cumplían y otros siguen estando ahí. Quizá me ha faltado fe y he dudado que Dios PUEDE y QUIERE bendecirme. Pero en ésta época de fin de año es un buen ejercicio retomar esos sueños, escribirlos y tenerlos a la vista cada día para orar por ellos e imaginarnos cómo será cuando sean cumplidos.
Imitemos a Miles, pidamos un deseo, por más loco que parezca, ¡atrevámonos!. Si 12,000 personas se unieron para crear Ciudad Gótica para un niño de 5 años, Dios puede concedernos nuestros sueños de manera creativa y dejarnos con la boca abierta también. Hazlo: imaginátelo, disfrútalo, recíbelo.
"Ama al Señor con ternura, y Él cumplirá tus deseos más profundos." Salmos 37:4 (DHH)
martes, 26 de noviembre de 2013
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