domingo, 28 de agosto de 2016

El club de Gedeón: Se necesitan reclutas.

Me encanta que la Biblia nos presenta a la mayoría de grandes personajes de una manera muy humana. Se nos cuentan sus desaciertos, sus pecados y sus puntos flacos.

Pero hay un hombre con el que por años me he sentido identificada más que con cualquier otro: Gedeón.
Ya sé que no es tan famoso como David, Moisés o Pablo; pero lo que la Biblia nos describe de él, me hace tener esperanza.

Si has leído su historia en Jueces 6-8, sabrás de lo que te hablo. Nació en una época en la que Israel estaba siendo oprimido por los Madianitas, una opresión tal que hasta les robaban sus cultivos y ellos tenían que esconderse en cuevas en las montañas. Es paradójico y hasta risible que el ángel de Jehová se le aparece mientras sacudía un trigo que debía esconder y le llama 'varón esforzado y valiente'

¿Cómo? Pero Señor, estamos hablando de un hombre que vive escondido en una cueva.

El ángel de Jehová le miró y le dijo que él iba a salvar a su pueblo de sus enemigos.

¿Quién? Señor, se trata del hijo menor de una familia que pertenece a la más pequeña tribu. ¿Estás seguro que no te equivocaste?

Gedeón estaba lleno de dudas y personalmente creo que sobre todo estaba lleno de miedo. Piénsalo bien, sus enemigos eran poderosos, llevaban años dominándolos, él no conocía otra vida más que la de esconderse en las montañas, era apenas reconocido entre su pueblo y semejante misión le parecía una verdadera locura.

Pero Dios sabía cómo Gedeón se sentía y se le apareció personalmente para confirmar su llamado. Eso no bastó. Gedeón le pidió 'señales' al Señor. 

Hey!! El ángel de Jehová está frente a ti, ¿y aún así dudas? ¿qué te pasa?

Así fue. Gedeón necesitaba tener seguridad de que era el escogido para librar a Israel y por ello le pidió al Señor que le diera señales diferentes en tres ocasiones. Tres!! (Jueces 6:17-18, 36-40) 

Muchos hubieran juzgado al pobre Gedeón por dudar, por su aparente poca fe, por atreverse a pedirle pruebas al Dios todopoderoso. Pero lo sorprendente de todo esto es que el Señor le dio cada una de las señales que Gedeón necesitaba. La Biblia no relata que Él fuera impaciente con este hombre, no dice que Dios se cansó de sus dudas y mejor buscó a otro más 'espiritual'...NO! El ángel de Jehová confirmó a Gedeón cada vez que lo necesitó. Incluso hubo una cuarta 'señal' cuando Gedeón junto a su criado descendieron sigilosamente al campamento de los enemigos y escuchó a uno de ellos contarle a su compañero un sueño en el que se confirmaba que la espada de Gedeón acabaría con ellos.(Jueces 7:13-15)

Cuando Gedeón escuchó este sueño tuvo la plena certeza de que vencería. Y aunque su ejército había sido reducido de 32,000 a 300 hombres, y a pesar de contar solo con trompetas, cántaros y antorchas encendidas, ganaron la batalla!! Jehová confundió a sus enemigos y se mataron entre ellos. 

Me encanta esta historia!!! Me encanta porque soy como Gedeón. Soy un ser humano débil que se llena de temor con tanta facilidad. Tiendo a ver mis circunstancias en vez de ver al Señor que está frente a mí. Y aún cuando Él me habla, a veces dudo. Soy de esas que pide un montón de confirmaciones antes de hacer algo. En ocasiones he recibido una promesa y al pasar el tiempo empiezo a cuestionar si de verdad me lo dijo Él o me lo inventé yo, me pregunto si de verdad Dios me va a usar como me dijo una vez, me he sentido incapaz, inadecuada, la 'menor', incluso he afirmado, como Gedeón lo hizo, "Jehová nos ha desamparado". (Jueces 6:13)

Pero conocer la historia de este caudillo de Israel me llena de esperanza y de fe. Con mi Dios no tengo que pretender, no necesito ser súper espiritual. Mis dudas son válidas, mis temores no me descalifican, mis preguntas son escuchadas y entendidas. Mi Padre es paciente. Va a afirmarme y confirmarme cada vez que flaquee y lo necesite. Porque sabe que soy polvo, porque conoce que sin Él no soy nada.

Así que si eres del club de Gedeón, te animo hoy a no desmayar. Está bien si has estado dudando últimamente, está bien si tienes temores por lo que vendrá. Pero tranquilo, lleva tus dudas al Señor. Puedes pedirle que te confirme lo que necesites. Él es paciente, Él no te condenará por no creer lo suficiente. Si Él te ha escogido, si Él te ha llamado, nada impedirá que se cumpla Su propósito. 

El reclutamiento para este club está abierto ¿Aplicas?


"Ve con esta Tu fuerza...¿No te envío Yo?" Jueces 6:14 RVR60

"Jehová le dijo: Ciertamente Yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre" Jueces 6:16 RVR60

viernes, 19 de agosto de 2016

La Súper Copa, Dios, El Real Madrid y yo

Quienes me conocen bien saben que amo el fútbol y que toda mi vida he sido-y seguiré siendo-fan del Real Madrid. Algo que tengo claro cuando eres seguidor apasionado de un equipo, es que debes estar con ellos sin importar nada, en las buenas y en las malas. Normalmente yo soy así. A veces me enojo, les grito (bueno...a la TV), me paro y me muevo a cada rato porque estoy ansiosa, etc. Y aunque ocasionalmente meten la pata en vez de meter goles, siempre los perdono y sigo apoyándolos. 

Pues como muchos sabrán, la semana pasada se llevó a cabo la Súper Copa Europea, disputada por mi equipo y el Sevilla. Yo corrí de mi trabajo para lograr ver al menos la segunda parte del partido. Iban 1-1 y yo estaba que me moría de los nervios, a pesar de tener un leve dolor de cabeza. Como al minuto 70 cayó un gol del Sevilla. Pero tenía esperanza, pues faltaban 20 minutos.


El tiempo pasaba más rápido de lo que yo quería. Los minutos parecían tener menos segundos de lo habitual. Yo ya tenía el dolor de cabeza más fuerte, supongo que por el estrés de la situación. Estaba ya molesta y cuando vi que era el minuto 88, decidí apagar mi tele. Desahucié al equipo de mis amores, lo dí por perdido, no quería ver esas expresiones desencajadas al terminar. Me quedé dormida.

Como una hora más tarde desperté con menos dolor de cabeza y decidí prepararme un café para que me ayudara a quitarlo del todo. Mientras tomaba mi café, empecé a ver el TL de mi Twitter...Aquellos de ustedes que saben el desenlace entienden de qué les hablo...Casi me muero, casi me quemo con el café....Ganamos!!! Fuimos campeones!!! Como es habitual en las finales, nuestro capitán anotó un golazo al minuto 93, nos fuimos al tiempo extra y tarán! Volvimos a anotar a un minuto de irnos a los penaltis!!! A un minuto!!!! Somos campeones!!! Lo hicimos!!!

Pero...esperen.

Me lo perdí.

Me tocó ver la celebración a puras fotos y cortos vídeos en Internet. ¿Cómo les hice eso? ¿Cómo ME hice eso? ¿Por qué no fui paciente? ¡¡Si tan solo hubiera esperado 5 minutos habría visto nuestra resurrección!! ¿Cómo no celebré con ellos (si, soy muy efusiva cuando ganamos)?  ¿Por qué no confié en mi equipo que sabe resurgir en finales de ese calibre?

Mientras, con el corazón acelerado, hacía una búsqueda casi profesional en todo Internet, para ver detalles del triunfo, puedo afirmar que Dios me habló. Si, Él se vale de lo que sea para hablarnos. Él sabe cuándo y cómo le vamos a escuchar mejor. 


Has hecho eso muchas veces. No sos lo suficientemente paciente. Te desesperas. Mis respuestas, mis milagros, mis bendiciones están a punto de llegar y das todo por perdido. Te has quedado a unos minutos de ver lo inesperado ocurrir. Te has quedado a unos minutos de celebrar. No has confiado lo suficiente en Mí, para esperar hasta el final.


Ouch. En ese momento mis ojos se llenaron de lágrimas y sólo pude reconocer ante Él que tenía toda la razón. 

Si, quizás Dios me está llevando al límite. Quizás mi vida no ha sido un partido cómodo y fácil. Quizás está probando si el entrenamiento de años ha funcionado. Quizás quiere comprobar mi resistencia. Quizás incluso me va llevar al tiempo extra en algunas situaciones de mi vida. Porque en realidad, Él no depende de mi cronómetro. 

Entonces quizás solo deba esperar un poco más. Quizás deba ser un poquitín más paciente. Quizás el gol ya va a caer. Quizás el trofeo ya tiene mi nombre, pero debo aguantar un poco más para recibirlo. Sólo un poco.

Paciente. Esperar sin desesperar. Poner mi mirada en el Dios que suele llegar en el último minuto. Conservar la esperanza hasta el final. Seguir corriendo, seguir jugando, seguir haciendo lo que Él me ha enseñado a hacer. Sólo es cuestión de tiempo. No me quedaré en el 'casi' o en el 'por un poquito'. Esperaré hasta que Él pite el final. Sólo es cuestión de tiempo. Pronto.


Esto también es para ti: Conserva la esperanza hasta el final. Sólo es cuestión de tiempo. Pronto podrías celebrar. Pronto.

PD: Hala Madrid!! :D


"Mantengamos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá Su promesa" Hebreos 10:23 NTV

"¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!" Salmos 42:5 NVI

miércoles, 10 de agosto de 2016

Una Oración en Voz Alta: Señor, a veces no te entiendo.

En las últimas dos semanas he conocido de dos tragedias. Digo tragedias porque no puedo llamarlas de otra manera. Primero, llegué a pasar las vacaciones a la casa de mi hermano y me encontré con una historia muy triste. Un vecino suyo, de 37 años de edad, murió de forma súbita. Simplemente su corazón falló. Su cuerpo quedó en un baño. Lo buscaron por un buen rato, hasta que a lo lejos escucharon sonar su celular. ¿Se imaginan la escena impactante que se encontró su familia al abrir esa puerta?
Este hombre dejó a una esposa joven, a un niño de 4 años y a una niña de 7 (que cumplió años una semana después) y quienes además son extranjeros en ese país.  

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Este día despedimos a un chico de 20 años a quien asesinaron hace dos días. Los medios dieron cobertura del caso. Es una víctima más de la delincuencia que azota a El Salvador. Me quebró este caso, pues conozco a esa familia, conocí a David desde que estaba en la panza de su mamá. Le dí clases de Escuela Dominical. Aún no puedo creerlo. 

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Debo confesar que estos han sido días en los que trato de entender por qué el Señor permite que pasen estas cosas y no lo consigo. Probablemente hay gente más espiritual que yo, que me regañarían o predicarían por mi postura. Pero no me importa, sólo estoy siendo honesta. Sé que Dios sabe que no es por rebeldía o irreverencia. Sé que Él entiende mi condición humana.

El Señor me ha hecho sentir en repetidas ocasiones que puedo ir a Su presencia cada vez que me sienta abrumada, perdida o cuando las dudas me asalten. Y creo que esa es la clave...correr a Él, desahogarse con Él, preguntarle a Él, llorar con Él. 

He aprendido que como mi Padre que es, puedo llegar con mi equipaje de dudas, como una niña aborda a su papá para tratar de entender cosas que ocurren...Y Él siempre me va a mostrar compasión.

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Para ser franca, sigo sin entender por qué estas dos familias están atravesando semejante dolor. No me puedo imaginar la incertidumbre, los miedos y las luchas internas que están teniendo. Quisiera tener el poder para arrancarles del sufrimiento, pero no lo tengo. He despertado varias veces en las últimas noches y es lo primero que viene a mi mente. Lo único que hago es orar por ellos. Le he pedido al Señor que se muestre de una manera sobrenatural a sus vidas. Mi esperanza es que al pasar del tiempo, ellos van a entender el propósito de estas pérdidas repentinas. Espero, dentro de unos años, conversar con estas familias y decir: 'era por esto', 'ahora entiendo'.

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Quizás te identificas conmigo, quizás estás luchando por tratar de entender algunas cosas que te están pasando, quizás incluso, has sentido que Dios te ha fallado. Tranquilo. No eres el único. Sólo quiero animarte a correr a Su presencia, sin importar el estado de tu alma o el dolor que andes llevando, y que ahí, ante Él, expreses lo que necesitas decirle. Te garantizo que no habrá juicio o castigo para ti. Hallarás misericordia, hallarás paz. 

No puedo garantizarte que todas tus preguntas serán respondidas; sin embargo, el amor que vas a recibir de Su parte, será suficiente para que atravieses el dolor que hoy por hoy tienes. Tampoco sé cuánto va a durar esta etapa, sólo sé que Él no nos va a dejar ningún día. 

De eso se trata la fe, ¿no? Confiar en nuestro Dios a pesar de no tener todas las respuestas, pero teniendo garantizada Su presencia...Ese solo pensamiento me da paz hoy.


"Ya casi no tengo fuerzas, pero a Ti siempre te tendré; ¡mi única fuerza eres Tú! Salmos 73:26 TLA

"Señor, escucha mi llamado, ten compasión de mí y contéstame. Señor, de todo corazón quiero conversar contigo y aquí estoy para adorarte. No te alejes de mí, no ignores a tu servidor. Dios mío, Tú eres mi Salvador ¡No me dejes solo, no me abandones!" Salmos 27:7-9 PDT