CARTA PARA UNA MUJER CRISTIANA ENAMORADA DE UN HOMBRE NO CRISTIANO.
Hola. Yo crecí en una familia cristiana y en una iglesia y siempre tuve claro que la voluntad de Dios para mi vida era que me casara con un hombre que lo amara a Él por sobre todas las cosas. Un yugo igual.
Si actualmente estás saliendo o estás en una relación con un hombre que no tiene una relación personal con Jesús, quiero decirte que te entiendo, he estado ahí. Me he arriesgado a sostener una relación con alguien que vivía su vida en base a "valores". Sus cualidades y forma de ser me cautivaron. Y si a eso le sumas que estoy en mis 30´s y estoy soltera, obviamente fue fácil que en algún momento perdiera mi enfoque y me desviara por así decirlo.
Quisiera decirte que no pierdas la esperanza, que sigas orando, que sigas luchando, que ayunes si es necesario, por la conversión del hombre que amas. Quisiera decirte que vale la pena correr el riesgo y que Dios bendice tu relación. Quisiera decirte que la fe mueve montañas y si tú te mantienes firme en ella, algún día, tarde o temprano, verás el milagro suceder. Quisiera decirte que bajar tus estándares un poco no es perjudicial y que involucrarte en su mundo y estilo de vida no te va a afectar. Quisiera decirte que si eres compatible con él en carácter, metas, puntos de vista, gustos, amor por la familia y cosas así, no importa si en la fe son distintos. Quisiera decirte que si él te hace sentir amada, valorada y te respeta, es suficiente para continuar. Quisiera decirte que no te preocupes por cómo será tu futuro con él y que disfrutes del presente a su lado. Quisiera decirte que esos amigos y familiares que no aprueban al 100% tu relación porque él no es cristiano están equivocados y que Dios les va a demostrar que vas a tener éxito y ser feliz. Quisiera decirte que aunque él no quiera ir contigo a la iglesia, eso no significa que no te ame o que no eres importante para él. Quisiera decirte que siempre y cuando él no te prohíba o te estorbe en tu relación con Dios y tu involucramiento en la iglesia, tienes luz verde para continuar. Quisiera decirte que no saldrás herida ni te va a doler cuando la relación se complique o termine.
Pero lamentablemente no puedo decirte eso.
No quiero predicarte ni juzgarte, solo quiero decirte en base a mi experiencia, que estás corriendo demasiado riesgo, estás en una zona de peligro y no hay garantía de salir ilesa.
Hace casi dos años un hombre puso sus ojos en mí. Creo que eso fue lo más significativo. Él fue atraído hacia mí y no al revés. Él se acercó. Yo no busqué. Repentinamente tenía a alguien interesado en mí.
Él es un hombre súper inteligente, atractivo, de buena familia, profesional, capaz de hacerte sentir la mujer más segura y bella del mundo, que refleja una auto confianza sorprendente y apasionado por lo que hace. El detalle es que él vive una vida basada "en valores."
¿Qué te puedo decir? Me cautivó. Salimos poco tiempo. Empezamos a conocernos. Comencé a emocionarme. Le comenté a los amigos más cercanos y a mi familia. Hablé con Dios al respecto. Y me permití sentirme cortejada, perseguida y consentida. Al fin y al cabo, eso no es pecado, ¿verdad?
Siempre habían temores dentro de mí pensando si estaba haciendo bien. Hasta pedí una cita con mis pastores, según yo eso hacía el asunto más espiritual.
Al final, en cuestión de semanas yo ya había iniciado una relación que se volvió formal al presentarnos mutuamente con nuestros padres, demás familia y amigos. Todo pasó tan rápido. En unos meses ya hasta hablábamos del futuro, de cómo modificar una casa para que mi mamá pudiera vivir cerca de nosotros y cosas de esa naturaleza que como mujer te llevan hasta las nubes en un segundo.
Pero cuando hablábamos de Dios, de mi iglesia, de las creencias de mi familia, de ciertas prácticas que él veía como normales y yo no; habían abismos en nuestras opiniones, puntos de vista, criterios para decidir, estándares de vida, etc.
Yo siempre oraba por mi relación y le pedía a otros que lo hicieran. Creía que después de orar tantas horas le torcería el brazo a Dios e iba a recibir Su aprobación. Pero debo ser honesta, nunca la recibí.
Poco a poco me daba cuenta de las diferencias gigantescas que habían entre su mundo basado en "valores" y el mío basado en una relación personal con Jesús. Pero eso me lo guardaba, mantuve la esperanza por meses creyendo que algo podía pasar en Él y de una manera mágica iba a ir a la iglesia conmigo y conocer a Dios como yo. Eso nunca pasó. Es más, debo decir con mucha tristeza, que él me atrajo más a su mundo de lo que yo le atraje al mío. Lo hice para complacerlo, para llevar la fiesta en paz, para que viera que los cristianos no somos cuadrados, etc, etc.
La relación terminó súbitamente. Y la terminó él con argumentos absurdos que no viene al caso mencionar; pero que dejaron evidencia de su verdadera naturaleza. Sólo para que tengas una idea, exactamente al mes de haber terminado conmigo, él estaba publicando una foto con su nueva novia. Sé que como mujer entiendes lo que tuve que atravesar.
Comencé un proceso de sanidad y recuperación en el cual aprendí muchas cosas. Me acerqué a Dios como tenía años de no hacerlo. Pero también me quedé con varias lecciones. Entre ellas, que las leyes espirituales SIEMPRE se cumplen. Nos guste o nos duela, si Dios y Su Palabra dicen algo sobre las relaciones, eso no va a cambiar aunque lloremos, pataleemos, hagamos berrinche o negociemos con Él.
Otra de las lecciones que aprendí, quizá la más importante, es que Dios me AMA. Si, parece sencillo; pero esa es la verdad más poderosa que el ser humano puede conocer. Y fue en medio de los días más negros y las noches más solitarias que lo entendí. Aunque la culpa estaba presente por haber bajado mis estándares, por haber traicionado mi relación con el Señor, por haber dudado que Él era bueno y que tiene a alguien para que sea mi compañero, por no haber confiado lo suficiente en Él como para esperar y no dejarme ir en caída libre en una relación de ese tipo. Pero Su voz de Amor fue más fuerte. Una y otra vez, en ocasiones hasta varias veces por día, me recordaba que estaba ahí, que entendía mi dolor, que estaba trabajando en restaurarme y que Sus planes para mi vida seguían vigentes no importando mi gran metida de pata.
Yo sé que dentro de ti está esa voz que te dice en silencio que eso no está bien, que tu relación con ese hombre no es lo que Dios anhela para ti. Sé que en los momentos a solas, hay cierta incomodidad en tu interior cuestionando tu relación con alguien que no ama a Dios como tú lo haces. Sé que tienes miedo sobre el futuro y te preguntas cómo será tenerlo como esposo y como padre de tus hijos, y quieres pensar que él te va a permitir construir una familia donde Dios será el centro. Sé que aunque no lo admitas ante alguien, usualmente ignoras señales que te demuestran que él no es lo mejor para ti. Sé que prefieres pensar en otra cosa antes de pensar en terminar tu relación. Sé que lo amas, sé que no ves tu vida sin él. Sé que piensas que tú eres la excepción y que tu historia tendrá un final feliz. Y yo de todo corazón deseo que verdaderamente seas feliz.
Por eso, en este Día del Amor te invito a confiar en el Ser que te ama más que nadie. Si has estado siendo cortejada por un hombre cuya prioridad no es Dios, o incluso si ya estás en una relación con él, te pido que le des una oportunidad a nuestro romántico Dios. Déjale hacer Su Voluntad en tu vida. Deja de luchar. Ríndete.
Probablemente esto traiga mucho dolor a tu vida, pero te aseguro que es un dolor temporal comparado con el dolor de vivir tu vida entera sintiéndote miserable por no haber esperado en el tiempo y la voluntad de tu Padre Celestial. Y si ese dolor llega, te garantizo que vas a sentirle más cerca que nunca, porque Él es así, no se separa de aquella hija Suya que sufre hasta que duele por obedecerle y confiar en Su Voluntad.
Que este sea un San Valentín inolvidable para ti.
Con Cariño.
Dome
"No se unan ustedes en un mismo yugo con los que no creen. Porque ¿qué tienen en común la justicia y la injusticia? ¿O cómo puede la luz ser compañera de la oscuridad?" 2 Corintios 6:14 (DHH)
"El Señor está cerca, para salvar a las que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza" Salmos 34:18 (DHH)
"Yo les daré consuelo: convertiré su llanto en alegría, y les daré una alegría mayor que su dolor" Jeremías 31:13 (DHH)
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Me encanto!! Mensaje digno de ser compartido
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo! Hacer la voluntad de Dios no es facil...pero tiene grandes recompensas. Lo q mas me encanta es que El jamas nos deja :)
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