Les comparto su contenido en las imágenes.
Decidí guardar el sobre. Lo encontré de nuevo este fin de semana y volví a sentir la misma vergüenza de cuando lo ví por primera vez.
Me parece increíble que una persona que no tiene la verdad sobre el Evangelio y sobre Cristo, se tome tan en serio su labor de evangelizar. De hecho, en mi colonia semanalmente vemos cuadrillas de personas de su denominación que andan tocando puertas y no se dan por vencidos.
¿Hace cuánto no le hablo del Señor a alguien? ¿Hace cuánto dejé de sentir carga por los que no Le conocen? ¿Cuándo dejé de sentir pasión por predicar del Evangelio?
Mauricio, mi vecino está comprometido con lo que cree y con su iglesia. Es notorio. Y yo, me conformo con poner versículos en mis redes sociales.
El reto es grande, el llamado está hecho (Mateo 28:19-20). Es mi responsabilidad hablar, ser luz, ser ejemplo. No quiero que la sangre de la gente a mi alrededor me sea demandada (Ezequiel 3:18). Sé que estoy llamada a ser sal en el lugar en el que me encuentre. Sé que siempre hay alguien necesitado cerca, quizás sólo esperando una palabra, una oración, un rayo de esperanza.
Si al igual que yo has estado muy pasivo en cuanto al Evangelismo, te invito a orar juntos por eso y a pedirle al Señor que encienda nuestro corazón de nuevo, para no quedarnos callados, para dejar de estar centrados en nosotros mismos y para compartir Su verdad.
Señor, no nos dejes en paz, inquiétanos, cárganos por aquellos que aún no te conocen. Que nunca se apague en nosotros la pasión por contarles a otros de Tí. ¡Haznos luz!
"Cuando Yo dijere al impio: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá de su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano" Ezequiel 3:18
¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Romanos 10:14
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