domingo, 27 de octubre de 2019

Llorar con los que lloran

Hace cuatro días falleció el papá de uno de mis estudiantes a causa de un cáncer que había vuelto a inicios de este año. Aunque sabíamos de su condición, pasamos orando por él todos estos meses y no dejó de entristecernos la noticia.

El viernes a primera hora tuve una plática con mi grupo. Escuché a un par de niñas comentar que no sabían qué decirle a su compañero o qué hacer por él. Y las entendí perfectamente, porque el jueves en la noche mientras me conducía a la funeraria, pensaba lo mismo.

¿Qué le digo? ¿Cómo le ayudo? ¿Cuáles son las mejores palabras en este momento que se quedó sin papá a sus doce años?

Lo único que vino a mi mente fue: "llorar con los que lloran".  

De hecho me remonté años atrás, cuando mi papá falleció. Soy honesta, no recuerdo ni el 5% de las palabras que la gente me dijo -y fueron muchas-, sólo recuerdo a los que estuvieron allí, sólo recuerdo los abrazos sinceros, llenos de amor que recibí, y sí, también recuerdo muchas de las lágrimas que se derramaron compartiendo nuestro dolor.

Así que el único consejo que pude darle a mis estudiantes fue ese: "lloren con él".


Que Dios me ayude a recordar eso siempre, porque les confieso que la cristiana espiritualoide dentro de mí quiere predicar, lanzar un gran sermón y pedir que sean "fuertes" a aquellos que sufren, sólo porque creo que es lo más "bíblico" o espiritual que puedo hacer.

Pero no, la gente que acaba de perder a un ser querido, a un bebé, un trabajo, una pareja, no siempre necesita eso. Hay tiempo para todo  (Ecl. 3:4) y cuando acabas de perder a alguien que amas puedes llorar. 

No hay nada de pecaminoso en llorar. No es menos espiritual el que sufre por el duelo. Me consuela sobremanera saber que Jesús me entiende, porque se conmovió con el dolor de María por perder a su hermano Lázaro (Juan 11:33-34) y  Él mismo lloró por su amado amigo (Juan 11:35).

Por favor, no prediquemos al que llora o está triste por perder a alguien. No les digamos que deben ser fuertes como si estar tristes baja su espiritualidad. 

Sólo estemos allí, sólo abracemos, sólo lloremos con ellos. 


"Lloren con los que lloran" Romanos 12:15 NTV