jueves, 15 de junio de 2017

Las Pequeñas Irritaciones

No sé por qué me pasa con tanta frecuencia.


Llego por fin a la caja del supermercado y se le acaba el rollo de papel a la máquina.


Estoy hambrienta y exactamente lo que he pedido para comer es lo que se les ha agotado


El papel higiénico solo tiene un pedacito cuando es mi turno de ir al baño.


Mi número es el próximo en el banco y justo cuando me toca ser atendida, uno o dos cajeros se levantan de su lugar o ponen el rótulo de no disponible.

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Estoy llena de trabajo y las interrupciones se multiplican por cien ese día.


Estos son sólo algunos ejemplos de esas pequeñas cosas que personalmente me irritan mucho. Estoy segura que cada uno tiene las propias.

Uno de estos días estaba murmurando internamente en el baño de mi casa porque estaba apurada y me di cuenta que no había papel higiénico. Algo tan sencillo como eso, puede sacar algo malo de mí. Salí molesta a tomar varios rollos para asegurarme que hubieran suficientes en el baño. Pero la verdad es que también parece que esos rollos se acaban solo cuando yo entro y me toca cambiarlos siempre...y eso no me gusta.

Sé que puede parecer exagerado, pero lo cierto es que esas pequeñas irritaciones pueden llegar a afectar nuestro humor y hasta hacernos reaccionar mal con otros.

He preferido creer que Dios permite que esas cositas ocurran para enseñarme paciencia y tolerancia. Nuestro carácter se pule en asuntos grandes tanto como en asuntos pequeños. Dios no ha terminado Su obra en mí, aún hay muchas asperezas que pulir. Pero estoy segura que sí va a completar ese trabajo (Filipenses 1:6).


¿Cuáles son "tus" pequeñas irritaciones?

¿El tráfico, el vecino ruidoso, los guardias de seguridad graduados en la escuela de la poca amabilidad, la pasta de dientes abierta, las publicaciones en redes sociales de algunas personas?

Te entiendo y comparto tu sentir. Pero recordemos que lo que Dios tiene en mente al permitir que ocurran estas cosas, es nuestra santificación no nuestra complacencia.

Claro que Él puede hacernos la vida más fácil, claro que puede quitar de nuestro camino a esas personas que nos exasperan, pero Su propósito va más allá de eso (Romanos 8:29). Su propósito es eterno y mientras nos hace más como Él, va a seguir moldeándonos (2 Corintios 3:18) a través de abundantes pequeñas irritaciones.

Así que si este día te encuentras con algunas en el camino, no te dejes llevar, respira profundo y recuerda que Dios utiliza hasta esas pequeñas cosas para pulirte y hacerte un poquitito más parecido a Él.


"No te exaltes, no te molestes; no dejes que tu ira te lleve a ti también a hacer cosas malas" Salmos 37:8 (PDT)

jueves, 8 de junio de 2017

Cambio De Nombre

Empecé a ver por curiosidad la nueva serie de Netflix llamada "Anne con una E". Es la adaptación de un clásico cuya protagonista, Anne, es una niña huérfana que ha sufrido en un orfanato y con diferentes familias temporales.

Por error llega a la casa de los Cuthbert, dos hermanos ya mayores, y logra después de algunos malos entendidos, conquistar su corazón.

Una escena me conmovió: Los hermanos la llaman y tienen frente a ellos un gran libro abierto, le piden a Anne que escriba su nombre en la Biblia familiar que guardan como tesoro. Anne no lo puede creer, le toma unos segundos procesar lo que le están invitando a hacer. Sus ojitos se llenan de agua y casi no puede hablar, temblorosa toma la pluma y camina hacia la Biblia para finalmente estampar su nombre, o mejor dicho, su nuevo nombre: Anne Cuthbert.

Al fin tiene UN nombre, al fin PERTENECE a alguien, a algo.


Pensaba que lo mismo nos ocurrió con Dios. Muchos de nosotros llegamos a Él con un montón de heridas abiertas, nuestro pasado no era tan digno, vagábamos sin rumbo y sin propósito o vivíamos una religión falsa...pero en el fondo no nos sentíamos totalmente perdonados ni merecedores de amor.

Y ahí estaba Él, con la puerta de casa abierta de par en par, con una habitación preparada para nosotros, con comida caliente en la mesa, con nueva ropa; todo para darnos la plena seguridad de que ya estábamos en el lugar correcto y que ya no íbamos a deambular en una vida carente de sentido. Ya habíamos llegado a nuestro lugar, adonde pertenecemos, adonde se nos ama incondicionalmente, adonde recibimos el regalo inmerecido de Su gracia de ser llamados Sus hijos (Juan 1:12).


Quizás tú ya recibiste ese nombre, pero te has ido de casa y no sabes cómo volver. Es fácil, solo atrévete a llegar, creo que ni necesitarás tocar a la puerta, Él ya está esperándote. (Lucas 15:20)

Y para todos los demás, vivamos agradecidos por ese cambio de nombre que recibimos, amemos sin medida al Dador de nuestro nuevo nombre, decidamos vivir honrándole.

Deja de vivir como huérfano, nunca olvides de Quien eres hijo y Quien te colocó tu nuevo nombre: Su hijo, Su hija. Le perteneces. Disfruta la libertad y plenitud que eso trae.



"No volverán a llamarte <<Abandonada>>, ni a tu tierra le dirán <<Destruida>>, sino que tu nombre será <<Mi predilecta>>, y el de tu tierra, <<Esposa mía>>. Porque tú eres la predilecta del Señor..." Isaías 62:4 DHH

"Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su hijo...para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de Su hijo, el cual clama: ¡Abba Padre!" Gálatas 4:4-6 RVR60


(***Imágenes tomadas de Internet***)