martes, 21 de mayo de 2019

De Mi Lista de "Relaciones Rotas"

Dios ha estado tratando diversas cosas conmigo, y entre ellas, me he dado cuenta que hay relaciones que merecen ser sanadas, recuperadas o restauradas; y al mismo tiempo, he aceptado que otras deben ser desechadas.

En ese proceso, he ido poco a poco acercándome a personas que extrañaba tener en mi vida, pues yo misma las había excluido mientras estuve ciega, por decirlo de una manera. Agradezco al Señor la gracia que he recibido de parte de esas amigas, casi hermanas, que me han recibido de nuevo, cual amiga pródiga. 

Hace más de un año hice una lista de relaciones que SABÍA que necesitaban ser restauradas; y si eso no era posible, al menos necesitaba acercarme una vez para admitir que había fallado y debía pedir perdón de alguna forma. He ido avanzando en esa lista. Pero venía posponiendo hablar con una persona a la que saqué abruptamente de mi vida, alguien que venía a mi casa semanalmente a una célula de la iglesia y a quien conozco desde hace casi 25 años. De toda mi lista, era uno de los nombres a los que más temía.

Aunque hice un intento de acercamiento, decidí no seguir insistiendo. PERO Dios se ocupa de limpiar tu vida y cuando Él quiere cumplir Su voluntad, lo hace y ya.

El fin de semana anterior me encontré "por casualidad" a esa persona. La vi haciendo una fila y lo supe instantáneamente. No entretuve mucho la decisión, sólo caminé hacia donde ella estaba. La saqué de la fila y la abracé prolongadamente. No pude decir una palabra, no pude ensayar un discurso...sólo la abracé y aguanté las lágrimas.

Creo que ella entendió (¡eso espero!), no fue necesario decir nada, sólo terminamos con los ojos muy llorosos hablando mil palabras por minuto, tratando de evadir preguntas difíciles.

Aunque fue un encuentro fugaz, SÉ que fue Dios quien lo permitió. Él sabía que no había otra forma y que yo soy demasiado terca o demasiado cobarde como para buscar acercarme. Él se toma en serio el hecho de sanarme en toda área y por eso me coloca en situaciones de las que no puedo escapar. Todo lo que pasó ese rato llevaba Su firma (hasta me imagino que sonreía mientras esto ocurría).

Mientras conducía después de ese encuentro, hablaba con Dios y entre una sonrisa y cierto nerviosismo le pedía que no me pusiera en una situación así, sin previo aviso, nuevamente. Pero entiendo que Él es Señor sobre mi vida y tengo claro que rendirme a Él implica rendir mi orgullo y dejarle limpiar cada rincón, por muy doloroso o incómodo que pueda ser. Incluso recordé cuantas veces le he pedido que me santifique...¡pues ahí está! ¡Él se toma en serio cada oración que le digo!


Y comparto esto porque creo que es lo mismo para muchos. Si has estado posponiendo esa conversación incómoda, esa llamada (¡porque hay muchas probabilidades de que no te contesten o te cuelguen!), esa reunión, ese mensaje...ya no lo hagas. Si está a tu alcance, procura la restauración. Si no, no te preocupes, Dios va a ingeniárselas para que eso suceda.

Pon en oración esos nombres y estoy segura que en Su presencia vas a saber cuáles relaciones merecen ser restauradas. El Señor es tan bueno y tan paciente que irá contigo paso a paso en el proceso de sanar cada una de esas relaciones quebrantadas.


"Por lo tanto, si presentas una ofrenda en el altar del templo y de pronto recuerdas que alguien tiene algo contra ti, deja la ofrenda allí en el altar. Anda y reconcíliate con esa persona. Luego ven y presenta tu ofrenda a Dios" Mateo 5:23-24 NTV

"El perdón restaura la amistad, el rencor la termina" Proverbios 17:9 PDT