Un padre que ame al Señor con todo su corazón (Mr. 12:30) y que haya rendido su vida por completo a Él.
Un padre que ore por y con ellos (1 Tes. 5:17).
Un padre que lea y conozca la Palabra y se las recuerde constantemente (Deut. 6:6-9).
Un padre que tenga un consistente tiempo a diario con el Señor (Sal. 5:3).
Un padre que se someta a sus autoridades (1 Pe. 2:13).
Un padre que crea en rendir cuentas de su vida espiritual y sea transparente (Sal. 51, Prov. 28:13).
Un padre que se deje pastorear.
Un padre que crea en el diseño divino y la santidad del matrimonio (Gén. 2:24).
Un padre que ame a su esposa como Cristo amó a la iglesia (Ef. 5:25).
Un padre que no deje la responsabilidad de la crianza y disciplina de los hijos a su esposa.
Un padre que provea responsablemente para el hogar y modele como buen administrador de las bendiciones materiales (1 Tim. 5:8).
Un padre que les vea a los ojos todos los días y les pregunte cómo están.
Un padre que con sus actos les demuestre que el trabajo/ los hobbies/ los amigos/el ministerio NO son lo más importante.
Un padre que juegue lo que a ellos les gusta, aun si eso implica mojarte, ensuciarte o tirarte al suelo,
Un padre que tenga dominio propio y sea capaz de dejar su celular o la televisión a un lado para ESCUCHAR y estar PRESENTE.
Un padre que se siente a la mesa todos los días para compartir al menos un tiempo de comida en familia.
Un padre que admita cuando se ha equivocado y sea capaz de pedir perdón.
Un padre que trate a los de casa igual o mejor que como trata a los de fuera.
Un padre que conozca los temores, gustos y desafíos de sus hijos.
Un padre que provoque que sus hijas deseen casarse con un esposo como él y que sus hijos anhelen ser como ellos cuando formen una familia.
Un padre que abrace y diga te amo todos los días.
"Los justos caminan con integridad; benditos los hijos que siguen sus pasos" Proverbios 20:7
"Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán" Proverbios 22:6
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