Mi oficina está ubicada en el segundo piso del edificio principal de mi colegio. Está hasta el final del pasillo. Y desde hace unos días he notado que hay una paloma que ha decidido que ese pasillo es su nuevo lugar favorito. Es usual ver una buena cantidad de palomas en el parqueo, pero ésta en particular, llega solitariamente a visitarnos.
Después de varios días de verla caminando en el pasillo y hasta meterse a mi oficina y a uno que otro salón de clase, empecé a ponerle más atención. Primero me fijé que se trata de la misma paloma. Noté algunos detalles de sus patitas y la parte de atrás de su cuerpo, y una mancha gris claro en sus plumas de atrás. Luego, me fijé que llega porque en ese pasillo siempre hay comida. Si, los niños pasan por ahí y usualmente botan restos de su comida. Ella, muy inteligente se dio cuenta de ello, y llega cada día durante la mañana y a veces en la tarde a comer. La observé comerse hasta las mijagas que encuentra.
He notado también que ha ido ganando confianza. Las primeras veces al sentir que alguien se acercaba volaba inmediatamente. Ahora, hasta me le pude acercar y tomarle la foto que ustedes están viendo. Seguramente ha de decir "ésta es la que pasa aquí todos los días".
El día que le tomé la foto, vino a mi mente la ilustración que Jesús hizo estando en la tierra: "Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de USTEDES que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves!" (Mateo 6:26 DHH).
¿Saben qué? Es algo tan real. Dios lo cumple. Les da de comer a las aves. Ellas no se esfuerzan mucho que se diga. Esta palomita ya encontró su fuente de provisión diaria...bueno, de lunes a viernes! (Aunque es un poco egoísta porque no ha llevado a más compañeras palomas).
Mi punto con esto es que me ayuda mucho estar viendo cómo Dios sostiene a una paloma dándole lo que necesita. Porque sé que si Él se preocupa por ella, se preocupa más por mí y mi familia. Él declara que valemos más que las palomas, y yo le creo!
No sé si estás necesitando que Tu Padre te provea algo en este instante: un trabajo, un incremento salarial, una casa, pagar tus deudas, un carro, dinero para estudiar, etc. Lo que sí sé es que esa promesa es cierta para tu vida también. Sólo confía, sigue creyendo, sigue orando, imagínate esa necesidad resuelta, confía en el amor que Él te tiene.
Y la próxima vez que dudes que Dios va a proveerte materialmente, te invito a venir a visitarme en mi oficina y ser testigo de esta palomita que disfruta a diario del cuidado que Su Creador tiene con ella.
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