Hace casi 10 años, mientras se llegaba el temido momento de ir al cementerio a enterrar a mi papá, yo, sin darme cuenta, comentaba con otras personas cosas como "nos vemos en el aeropuerto" (refiriéndome al cementerio)
Luego, una amiga me hizo notar mi equivocación después de haberlo dicho varias veces, entendí que no era una casualidad. Dios había puesto esa idea en mí. Y es que si te pones a pensar bien, en realidad eso son los cementerios terrenales para los que tenemos esperanza de vida eterna.
El año pasado sepultamos a un amigo y a mi abuelita y estuve de nuevo en ese lugar, donde una placa de mármol tiene el nombre de mi papá, y recordé lo que Dios me había mostrado años atrás. Esta semana falleció un pastor de mi iglesia después de una lucha terrible contra el cáncer y acompañamos a su familia en el cementerio. Estando ahí, reviviendo mi propia pérdida, el Señor me volvía a poner esa idea en mi cabeza: los cementerios son el aeropuerto de los cristianos.
Tú conoces las escenas de lo que pasa en un aeropuerto, hay mucha gente que llora, se despiden tristes, porque saben que va a pasar un buen tiempo antes de ver a su ser querido de nuevo, pero eso no significa que se despidan sin esperanza, pues la mayoría de ellos SABEN que se verán de nuevo.
Enfrentar la separación física de alguien que amamos es algo muy duro, una prueba que a mi juicio, no se puede superar sin estar dependiendo a diario del Señor. Pero los que hemos puesto nuestra fe en Él para salvarnos, tenemos que mantener eso en mente, nuestra separación es momentánea, ese adiós que damos en el cementerio es sólo un trámite, pues tarde o temprano, les veremos de nuevo. Es normal y saludable experimentar el dolor que eso conlleva y claro que vamos a atravesar un proceso de recuperación. Sin embargo, nuestro dolor tiene fin, pues nuestro Dios volverá por nosotros y estaremos juntos por la eternidad adorándole a Él.
Si estás sufriendo por la pérdida de alguien que partió-recientemente o hace algún tiempo-, te recuerdo de parte del Señor, que no te has despedido para siempre, que ese lugar donde sus restos humanos fueron sepultados, sólo fue una puerta en la que le dejaste para que abordara un avión. Ellos viajaron antes que nosotros, pero les volveremos a ver después de que hayamos cumplido nuestro propósito acá en la tierra o cuando el Señor vuelva. Pero lo cierto es, que tenemos esa esperanza bienaventurada.
Piensa en lo poderosa que es esa verdad de nuestra fe. Ellos no fueron borrados para siempre, les dejamos en el aeropuerto de los cristianos. Solo cambiaron su lugar de residencia. Cumplieron con los requisitos para ser ciudadanos de aquel lugar. Ahora nosotros debemos vivir consagrados al Señor si queremos abordar el avión que nos lleva al mismo sitio donde ellos están.
La próxima vez que estés en uno de esos lugares a los que la gente acá llama "cementerios", recuerda que no es así, es el Aeropuerto de los Cristianos, el lugar donde les decimos nos veremos de nuevo algún día.
"Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto. El Señor mismo descenderá del Cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras" 1 Tesalonicenses 4:15-18 NVI
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