miércoles, 25 de octubre de 2017

Lecciones de Escuela Dominical: Dios Te Ve

Se supone que deben ser los niños los que se impacten al escuchar las historias cada domingo, pero últimamente he sido yo la que ha recibido muchos recordatorios de parte de Dios.

Génesis 12 nos empieza a hablar de Abram y su mujer Saraí. Sé que conocen de la promesa enorme que el Señor le dio a este hombre, promesa que cobra relevancia porque su esposa era estéril y ambos de edad avanzada, por lo que no se miraba por donde el cumplimiento de esa promesa llegaría.

Años después a Saraí se le ocurrió la genial idea de concederle a su esposo a su sierva egipcia Agar (Génesis 16:1-3), pensando que tal vez por medio de un hijo de ella, empezaría la descendencia que esperaban recibir. Efectivamente, Agar quedó embarazada y se le subieron los humos (Génesis 16:4-5), Saraí no soportó semejante situación y trató mal a su sierva, de manera que Agar decidió huir.

Lo que me llama la atención es que esta mujer embarazada se va al desierto y fue ahí, donde el Ángel de Jehová se le aparece (Génesis 16:7-12), la llama por su nombre, le ordena que regrese adonde su ama, pero también le da una promesa respecto a su hijo. Desconozco si Agar aún conservaba las creencias religiosas de su nación, me da la impresión que alguna influencia tuvo de sus amos, pues el versículo 13 describe que ella llamó a Dios "El que me ve".

Mientras leía, trataba de imaginarme la situación de Agar: embarazada, sola en el desierto y lejos de su tierra. Quizás pensando que iba a morir, quizás sintiéndose usada, quizás sin esperanza. Pero si bien es cierto, de acuerdo a las costumbres ella le pertenecía a su señora y no debió ser irrespetuosa, Dios la conocía y tenía un plan para ella. 

Él la llamó por su nombre, le anticipó que tendría un hijo varón y le dijo que nombre ponerle y además se aseguró de hacerle saber que "Jehová había oído su aflicción" (v. 11). 

Ese encuentro cambió la vida de Agar. Ella conoció al Dios de sus amos de forma personal. Ella llamó Su atención. Ella se supo escuchada y vista. 

Si. Ella. 

Una esclava, una extranjera, una mujer que esperaba un hijo de un hombre que no la amaba. 

Ella, que llamó a ese lugar "el que vive y que me ve" (Génesis 16:14)


Y eso me hace pensar que nunca pasamos desapercibidos delante de Dios. Él nos conoce, Él sabe quienes somos y cada detalle de nuestra vida. Aún cuando estemos lejos, aún cuando estemos tratando de huir, aún cuando creamos que no Le merecemos. 

Él nos ve. Todo el tiempo. 

Quizás como Agar, estás en un período de incertidumbre, de desierto o sintiendo que se ha cometido una injusticia contigo. Pero, no hay razón para sentirse solo o de poco valor o desesperanzado. Dios te ve. Su atención está sobre ti. Él tiene un plan. 

Vuelve a leer. El que vive, te ve.


"Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve, porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?" Génesis 16:13 RVR60

"He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en Su misericordia" Salmos 33:18 RVR60

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