Suelo hablar conmigo todo el tiempo. Me comento cosas como: “¡qué pena!”, “¿qué acabas de hacer?”, “tranquila, relájate, no perdás el control”, “¿qué tal si haces esto o aquello?”, etc. Es más, hasta me río de mí…¡conmigo! Si la gente pudiera escuchar todo lo que hablo conmigo misma, seguro no volverían a acercarse.
Recientemente, Dios me ha
estado invitando a hablarle no solamente a Él, sino también a mi alma. Lo he
escuchado de diversas fuentes y no entendía bien a qué se referían. Pero como
soy aficionada al libro de los Salmos, me he dado cuenta de cómo el rey David y
otros autores recurrían continuamente a esta práctica:
"Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de Él es mi esperanza" Salmo 62:5
"Bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de Sus beneficios" Salmo 103:2
Si haces un recorrido por los Salmos, notarás cuantas veces y en cuantas diferentes circunstancias, los salmistas aconsejaban a sus propias almas a confiar en Dios, a esperar en Él, a no desesperarse, a recordar Sus promesas y a persistir con fe.
En tiempos de incertidumbre como los que vive el mundo actualmente, creo que todos necesitamos aprender a hablarle a nuestra alma. Por supuesto debemos hablar con el Señor y depender de Él. Pero muchas situaciones de nuestra vida requieren que nos recordemos a nosotros mismos, a esa parte inquieta y ansiosa de nuestro ser, todas las bondades y promesas del Señor.
"Aguarda a Jehová; Esfuérzarte y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová." Salmo 27:14
"¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío." Salmo 43:5
Durante estos meses tan extraños que hemos vivido, me he descubierto a mí misma dando cabida a pensamientos de angustia y de preocupación; he dejado que mi corazón se llene de miedo y mi mente, de muchos "¿y qué si's?". Pero he encontrado que debo volver a la Palabra cada vez y hablarme a mí misma para recordarme todo lo que el Señor es y me ha prometido.
"Vuelve, oh alma mía, a tu reposo. Porque Jehová te ha hecho bien" Salmo 116:7
" Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor, no hay para mí bien fuera de Ti" Salmo 16:2
Hay días en los que termino exhausta, cargada y de mal humor; y muchas veces concluyo que es porque dejé que mi alma se acelerara fijándose en cada circunstancia alrededor, en lugar de detenerse a contemplar al Señor y a recordar Su verdad.
En ocasiones parece que necesito tranquilizarme como a un bebé y decirme:
Sshh, sshh, tranquila, respira.
Sshh, sshh, descansa, confía.
Sshh, sshh, míralo a Él.
Sshh, sshh, suelta las preguntas.
Sshh, sshh, esto también pasará (2 Corintios 4:17)
Sshh, sshh, Él sigue sentado en el trono (Apocalipsis 7:10)
Sshh, sshh, Sus planes siguen siendo buenos (Jeremías 29:11, Romanos 8:28)}
Sshh, sshh, Sus promesas son Verdad.
¿Qué necesitas recordarle a tu alma hoy? Tómate unos minutos y aconseja a tu propio corazón a recordar en Quien ha confiado.
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