viernes, 23 de enero de 2015

Cuando Tu Fe No Te Cuesta Nada

Escribo este post con un sentimiento particular. Ha sido una semana de preocupación, intercesión y confrontación de parte de Dios.

Si ves o escuchas las noticias con regularidad sabrás que hay una situación muy complicada para los cristianos locales y misioneros en varias naciones de África. Tengo semanas leyendo al respecto y para ser honesta, me he impactado en el momento que veo las noticias, pero luego lo he olvidado.

Sin embargo, los últimos días han sido diferentes: Unos amigos muy queridos y a los cuales admiro mucho, han estado en el ojo de los conflictos y protestas en el país donde sirven como misioneros. La iglesia y el colegio que levantaron fueron quemados. Han pasado días encerrados en casa sin poder salir, pues ya varios cristianos fueron asesinados. Las calles de la ciudad donde viven están bloqueadas. Y ahora, las redes sociales y la mensajería telefónica también han sido bloqueadas.

Sé que hay un ejército de personas orando por ellos alrededor del mundo en este instante y eso me alienta mucho, porque sé que nuestro Dios no se resiste al clamor de un pueblo unido.
Pero al mismo tiempo he sido confrontada por el Señor. ¿A qué me refiero? Pues me siento avergonzada en primer lugar por no orar como debería por las misiones, y luego, me doy cuenta que mi fe no me cuesta nada, absolutamente nada.

Mientras personas que conozco están literalmente corriendo riesgo de muerte, yo soy una cristiana que puede contarle a todos que es salva y aún así no lo hago. Cuando otros pueden ir a la cárcel por llevar una Biblia bajo el brazo, yo me he acomodado a leerla en mi dispositivo móvil y no la uso como antes. Allá, el mismo hecho de poner un pie en un templo cristiano te hace blanco de ataques, y yo, puedo asistir libremente a mi iglesia cada vez que quiera. Yo no he ganado un alma desde hace mucho tiempo a pesar de que no vivo en un país hostil al evangelio...en pocas palabras, ser cristiana ha sido bien fácil.

Esto no es un cuento de fantasía ni una leyenda, es la realidad que muchas personas están viviendo ahora mismo. Sus bienes, su integridad física, su propia vida y la de su familia pueden ser afectadas porque creen en tu Dios y el mío. Reciben odio y rechazo tan solo por amar a Cristo y hablarle a otros de Él...mientras tú y yo podemos salir a la calle con toda libertad a decirles a todos que Dios les ama sin mayor riesgo que quizá parecerle fanático a más de uno.

Y si bien es cierto que no todos estamos llamados a ir y hacer misiones foráneas, ¿qué hay de las personas con las que te relacionas? ¿Estás siendo luz en medio de ellos? ¿La gente nota que eres diferente porque tienes al Señor en tu vida? ¿Qué has tenido que sacrificar últimamente por amor a Dios? ¿Tu fe es solo tuya o estás compartiéndola con los demás?

Estoy convencida que mis amigos van a salir ilesos de ese lugar y que Dios les va a preservar. Estoy segura que nos van a testificar de todo lo que el Señor está haciendo para mostrarse a sus vidas en medio de esta prueba tan horrible. Y también sé que les voy a admirar el doble de lo que ya lo hacía.

Te suplico que intercedas por ellos y por los demás misioneros en riesgo en estos países. Además pidamos por los cristianos locales que no pueden dejar su país y deben soportar persecución. Pero también te animo a dejarte retar por el Señor. Si Él te ha estado llamando a un nivel más profundo de entrega, si has estado posponiendo involucrarte en un ministerio, si no has apoyado las misiones (orando u ofrendando) como debe ser, si has dejado de congregarte, si no has estado siendo luz con los demás...es hora que te levantes y actúes! 

¿Estás dispuesto a pagar el precio?


"Y todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o terrenos, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna" Mateo 19:29 NVI

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