Hasta hace unos años la palabra codependencia era totalmente desconocida para mí, pero empecé a escucharla cada vez más y fui conociendo a personas que se catalogaban a sí mismas como codependientes. Además, asistí ocasionalmente a un grupo de ayuda para este tipo de personas, más por curiosidad que por convicción, y para ser honesta, nunca me sentí enganchada a él. Digamos que no hublo click.
Hace dos años, en medio de una ruptura amorosa decidí asistir a un grupo nuevo. Según yo, para que me ayudarán a superar mi tristeza, pero al llegar ahí, con gente totalmente desconocida, descubrí que en ese lugar no te daban terapia post-ruptura, sino, una nueva forma de vida, oportunidad de sanidad permanente y libertad en todos los sentidos.
A pesar de que estos grupos son laicos, son tan espirituales y poderosos, que son de enorme bendición para cualquiera que asiste y tiene la disposición de dejarse ayudar. Nadie te dice qué hacer, nadie te aconseja, quizá el único consejo que recibí fue "NO DEJES DE ASISTIR A TU GRUPO". Ahí, la magia sucede, porque tú solo, poco a poco, te vas dando cuenta de quién eres y qué es lo que debes hacer si de verdad quieres salir del hoyo en el que estás.
Descubrí que codependiente es una persona que tiene un vínculo emocional con un adicto (alcohólico, drogadicto, sexólico, jugador compulsivo, adicto a la ira, etc) y vive usando cualquier método para "ayudar", "sanar", "liberar" o "restaurar" a ese adicto. Esos métodos pueden ir desde manipular, amenazar, obligar, sermonear, perseguir, cuidar en extremo, pagar las deudas, mentir por, hacerse el mártir, proveer el consumo de su adicción, esconder el consumo de su adicción...y la lista sigue.
El codependiente vive pensando "si yo dejo de...va a cambiar", "cuando él/ella cambie, entonces seré feliz", "si tan solo dejara de emborracharse tanto, yo viviría mejor", etc, etc.
En ese grupo yo descubrí que soy codependiente. Dolió mucho en mi ego, admitirlo...la primera vez que me presenté en una reunión y dije en voz alta "soy codependiente" se me hizo un nudo en la garganta y las lágrimas asomaron sin que pudiera detenerlas. Yo instantáneamente volví a ver a muchas compañeras, y en todos esos rostros, había algo que se resume en dos palabras: empatía y compasión.
También descubrí que soy la hija adulta de un alcohólico. ¿Qué quiere decir eso? Que si bien es cierto, mi papá dejó de embriagarse desde antes que yo naciera, el daño que su adicción le produjo fue de tal envergadura, que aunque no consumía, su temperamento, su carácter, sus creencias, su ira, y todo lo que heredó de eso, fue transmitido a mi hogar. Nos acostumbramos a vivir con las secuelas que un alcohólico que no había sanado, trajo a nuestra familia.
Al hacer un viaje al inicio de mi codependencia, encontré cuantas falsas creencias gobernaban mi vida, y que muchos de mis problemas actuales se derivan de ese entonces. Escarbé y hallé muchísima vergüenza desde mi niñez. Aprendí a fingir, todos en casa éramos buenos actores, que disimulaban muy bien la violencia, el maltrato y el sub-infierno que se vivía ahí dentro. Me dí cuenta de todos los "códigos" que como familia adoptamos, de todas las "reglas" que se nos enseñaron sin sentarnos formalmente en un aula para aprenderlos. Simplemente, los adoptamos.
Se nos enseñó que no hay amigos verdaderos, que no podíamos confiar en absolutamente nadie, que la mujer debe estar subyugada al hombre, que los cónyuges no deben saber cuánto gana el otro, que pedir perdón es de débiles, que decir te amo no es necesario y cosas por el estilo.
Es paradójico, pero el codependiente puede sentir odio y repulsión por el adicto y un segundo después, creer que su amor y sacrificio lo pueden hacer cambiar y convencer de dejar su adicción. Usualmente los codependientes viven resentidos con los adictos, pero no tienen el valor de dejarles pagar las consecuencias, y muchas veces llegan a considerarse como los culpables de la adicción de ese ser amado.
El tema de la codependencia es muy amplio y profundo. Se dice que por cada adicto hay al menos 5 personas codependientes a su alrededor sufriendo su adicción (Más Allá de la Codependencia, M. Beattie). La codependencia no es algo tan evidente como el consumo excesivo de alcohol y droga, pero mata igual, hace infeliz a cualquiera y te mantiene atado espiritualmente.
Aprendí que NO es la voluntad de Dios que yo viva con secuelas de un padre alcohólico, Él desea que yo sea libre. Desea que deje atrás la vergüenza y el temor constante que tuve al crecer en una familia así. Sobre todo, desea que yo entienda que Él tiene planes preciosos para mi futuro, y que debo estar sana para vivirlos al máximo. Desea romper esos patrones en mí para que deje de buscar adictos a quienes amar y rescatar. Desea que dependa de Él cada día para entender que sí es posible amar a los demás, sin aplastarme a mí misma, sin perder mi identidad, sin renunciar a lo que Dios diseñó que yo fuera.
Si tuviste una niñez afectada por un familiar adicto a cualquier sustancia o práctica; si estás casado con un adicto activo que nunca cambia por más esfuerzos que hagas; si tienes dudas de si eres codependiente o no, te invito a orar en primer lugar, a buscar literatura al respecto*, pero sobre todo a buscar ayuda en un grupo. En cada país existen grupos a los que organizaciones como Alcohólicos Anónimos remiten a los familiares de los adictos. En algunos países estos grupos se conocen como Al-Anon (Familiares de Alcohólicos), Nar-Anon (Familiares de Fármaco-dependientes) , Alateen (Hijos Adolescentes de Alcohólicos), CoDA (Codependientes Anónimos).
Reitero, Dios no planeó que sufrieras a la par de un adicto y que gastaras tu vida siendo infeliz mientras esperas que él o ella cambie. Dios desea mostrarte que es posible amarles poniendo límites y sin depender de ellos enfermizamente.
Anímate, hay esperanza, soy testigo de muchas vidas que encontraron paz y libertad independientemente de si su adicto cambió o no. Cuando tienes a Dios en tu vida y tu relación con Él se vuelve tu prioridad, la sanidad es posible.
No lo pospongas, atrévete a buscar ayuda.
* Melody Beattie es la autora más relevante en la temática de la Codependencia. Actualmente, Walter Riso es también un autor que aborda el tema.
"Yo he venido para que todos ustedes tengan vida y para que la vivan plenamente" Juan 10:10 TLA
"¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros no sería siervo de Cristo" Gálatas 1:10 NVI
"Convertiré su duelo en gozo, y los consolaré; transformaré su dolor en alegría" Jeremías 31:13 NVI
IMPORTANTE: Si deseas más información sobre los grupos para Codependientes que funcionan en El Salvador, puedes escribir a blogdestellos@gmail.com
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