sábado, 27 de junio de 2015

Caso de la Vida Real: Dios da la cara por ti

¿Qué sentirías si descubres que en tu trabajo sospechan cosas malas de ti y te han seguido por meses sin que te dieras cuenta?


Pues eso es exactamente lo que le pasó a un amigo. 

Inesperadamente le llamaron de la oficina de Recursos Humanos para contarle que alguien había estado enviando correos anónimos para contar que mi amigo se dejaba comprar con sobornos y comisiones de parte de los proveedores con los que su compañía trabaja.

La empresa decidió guardar silencio y ordenaron investigarle. Por meses le siguieron a todos lados: a casa, a su trabajo, a sus salidas los fines de semana, a la iglesia. En fin, no se le despegaron. El objetivo era descubrir si era cierto que se reunía clandestinamente en determinados lugares con los proveedores para negociar con ellos y recibir sus beneficios económicos.

Le mostraron el expediente con los correos mal intencionados y el registro del seguimiento que le habían hecho. Incluso, habían llamado a cada uno de sus colaboradores para preguntarles por él y tratar de encontrar indicios de su supuesta deshonestidad.

Mi amigo estaba sorprendido. Todo esto había pasado sin que él se diera cuenta. No sabía qué decir o cómo reaccionar. Pero su jefe le contó lo que el investigador había dicho: "él está limpio".
Me encantó lo que la esposa de mi amigo dijo al testificarnos todo este incidente. Ella afirmó que le agradecía a Dios porque mientras alguien buscaba deliberadamente dañar a su esposo, él había dormido en paz todos esos meses, ya que ni siquiera supo lo que estaba pasando. Su honor, su nombre, su testimonio, su prestigio profesional, su honestidad, todo eso, había estado en riesgo en determinado momento, pero nuestro Señor se encargó de arruinar todo plan en su contra. 


Es impresionante la forma en que Dios defiende a Sus hijos. Él se ocupa de dar la cara por nosotros. Él exhibe nuestra justicia como la luz y nuestro derecho como el mediodía (Salmos 37:6). 

Quiero que sepas esto: Tu Padre vela por ti. No sólo te guarda de los peligros y malas personas de las que tú estás consciente, sino también de los peligros y malas personas de los que tú ni sospechas. Él te librará. Él es un Padre que no observa pasivamente como alguien más te quiere dañar, ten por seguro que siempre te hará justicia y te defenderá.


No sé si estás pasando por algún hecho injusto en este momento, pero estoy acá para recordarte que tienes a un Dios que da la cara por ti. Aún cuando no te des cuenta, Él está cuidando que nadie te dañe.

Tranquilo. El Señor está de tu lado.


"Pues el Señor ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles; pero destruye a los malvados y los deja sin descendencia" Salmos 37:28 DHH

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