viernes, 24 de julio de 2015

Lo que supe en el Funeral de mi Abuelita

Esta semana falleció mi abuela paterna. Ella siempre vivió en un pueblo del interior del país. Así que fuimos de emergencia hasta allá con mi familia, para estar presentes en su despedida.

Tenía bastante tiempo de no ir. Pero este tipo de sucesos te permiten re-encontrarte con gente que no ves desde hace mucho. 

No puedo negar que experimenté emociones revueltas, pues ese es el lugar natal de mi papá y recordé muchas cosas, sobre todo nuestras vacaciones de la infancia. Me alegró ver a tantos tíos, primos, a sus hijos que yo no conocía y gente que me conoce desde hace años.

Obviando el dato estadístico, que de unas 40 personas con las que conversé, 39 me preguntaron la fecha de mi boda (¡gracias por su preocupación!), este tiempo allá me mostró la importancia de dejar un legado. Y es que a veces no nos damos cuenta del impacto que hacemos en la vida de los demás.
Me impresionó cuántas personas hablaban de algo que mi papá hizo por ellos. Escuché de los regaños que él solía hacer (para él eran consejos...los que lo conocieron, saben a qué me refiero!) y los frutos que todo eso dio. Pero lo que más me impactó es hacer un recuento de cuántos miembros de la familia ahora son cristianos. 

Recuerdo que él siempre sintió carga por su familia no convertida, estoy segura que oraba por cada uno de ellos, y hoy, yo desearía que él estuviera acá aunque sea unos minutos, para contarle de todas esas vidas que ahora aman al Señor. 

Mientras volvíamos a casa en la noche, pensaba en el efecto de las oraciones de mi papi. Me dí cuenta que aunque él ya no está en la tierra, en el cielo se tomó nota de todo lo que él pedía. Sentí satisfacción de conocer el alcance que Dios permitió que él tuviera con todas esas personas.

Pero al mismo tiempo, me sentí retada a trabajar más para alcanzar a otros. Confieso que soy de las que hablan de Dios una vez y si no hay receptividad, dejo de hacerlo. Si mi papá hubiera hecho eso, quizá todos esos tíos y primos hubieran tardado más en reconocer al Señor, o peor aún , nunca lo hubieran hecho.
Para mí es fácil hablarle a gente desconocida o con la que no hay mucho vínculo sentimental, pero cuando se trata de miembros de mi familia, o gente a la que quiero mucho, me cuesta sobremanera.
Por eso le he pedido a Dios que me ayude a ser luz. No quiero desentenderme más de mi compromiso de pasar el mensaje. Me encantaría encontrarme en el cielo con gente a la que impacté de alguna manera, como sé que le sucederá a él.

¿Y qué respecto a ti? ¿Qué vidas estás impactando? ¿A quién le estás pasando el mensaje? ¿Por quién estás orando? No desperdicies las oportunidades que Dios ponga en tu camino. No menosprecies el alcance de tu testimonio y tus oraciones. Seamos luz.



"De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes." Mateo 5:16 TLA

"En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra Él dejando de orar por ustedes"    1 Samuel 12:23 NVI

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