Debo confesar que pasé por alto su nombre varias veces. Pero este mes le enseñamos a nuestros niños de la iglesia sobre la cooperación. Pusimos como ejemplo la construcción del tabernáculo en la era de Moisés y puse atención a su nombre: Bezaleel. Luego, para mí sorpresa, mis últimos devocionales han estado basados en el libro de Éxodo y esta semana me detuve a leer más sobre él.
Bezaleel era nieto de Hur (quien sostuvo los brazos cansados de Moisés en el monte, junto a Aarón) y mientras Moisés recibía las instrucciones del Señor para la construcción del tabernáculo, Él le dijo: "Mira, Yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte...y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado" Éxodo 31:2,3,6
Ante semejante presentación, ¿quién no lo contrataría?
Me encanta como el Señor ya tenía pensado quién sería el jefe de la construcción de Su tabernáculo. Él le confió el trabajo artístico y los detalles a este hombre, incluso le delegó la elaboración de los trajes especiales para los sacerdotes. Bezaleel entendió la visión que Moisés le transmitió y ejecutó el trabajo a la perfección.
Estoy segura que habían muchos hombres habilidosos entre el pueblo de Israel, pero Dios se encargó de hacerle saber a Moisés que Él había llamado a este hombre por nombre y que lo había llenado de Su Espíritu.
Así que, creo que cada uno de nosotros ha sido equipado con habilidades y dones particulares, pero de nada sirve que los tengamos si no estamos dispuestos a usarlos para Él. Lo cierto es que la habilidad no es nada, sino hay disposición.
Pero también es cierto que hay muchos habilidosos por ahí, que sienten que no hacen mucho, que creen que nunca llegará su momento. Probablemente Bezaleel pensó de esa manera. Es decir, si su pueblo se hubiera quedado en Egipto quizá hubiera podido tener espacio para desarrollar sus dones y hacer algo "grande" para el arte de esa nación. Pero siendo parte de un pueblo que vagaba en el desierto y nunca llegaba a su tierra prometida, cualquiera hubiera podido pensar que sus dones y talentos pasarían desapercibidos.
Sin embargo, el Señor lo conocía, sabía de qué madera estaba hecho y más importante aún, lo llamó por su nombre. Su momento llegó. Su nombre y currículum se hicieron reconocidos. Bezaleel sólo tuvo que decir si y ¡manos a la obra! Su nombre fue digno de aparecer en la Biblia.
Y tú, ¿Para qué eres bueno? ¿Cuáles son tus dones y talentos? ¿Haciendo qué te sientes cómodo? ¿Estás usando todo eso para servir al Señor? ¿Crees que no es suficiente? ¡No lo creo! Justo esa habilidad que te fue dada es lo que Dios está esperando que uses para servirle a Él y a los demás.
El Señor no se equivocó contigo. Fuiste equipado con lo que Él quiso, para usarte. Muestra disposición, puedes ser llamado a hacer algo que nunca imaginaste. Dios se encargará de llevarte justo a la labor que Él quiera. Sólo tienes que decir que SI como Bezaleel lo hizo.
¿Estás dispuesto?
"Cada uno de ustedes recibió un don espiritual que debe ser utilizado para servir a los demás. Así serán buenos administradores del generoso amor que Dios les ha dado en tantas formas" 1 Pedro 4:10 PDT
"Pues los dones de Dios y Su llamado son irrevocables" Romanos 11:29 NTV
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