domingo, 12 de junio de 2016

Esa Incomodidad Divina

A Moisés no le gustó lo que vio. Éxodo 2:11-12 describe que observó a un egipcio golpeando a un hebreo. No lo resistió. Me imagino que algo se removió dentro de él, no soportó la injusticia, sintió una incomodidad muy grande y asesinó al egipcio. 

Conoces la historia. Huyó y vivió en el desierto por muchos años hasta que Dios se le reveló y le llamó de manera específica a esa gran hazaña. Creo que en más de una ocasión Moisés pensó "¿por qué lo hice?" "¿por qué maté a ese egipcio?" "sino lo hubiera hecho, estaría teniendo una gran vida en Egipto". Yo pienso que ese sentido de justicia que brotó del corazón de Moisés fue puesto por el Señor. Él debía sentir que su pueblo sufría injustamente, para ser preparado para el llamado de Dios a su vida.

                                       ****
Luego está Nehemías. Mientras ejercía como copero del rey Artajerjes (Nehemías 1, 2:1-8) recibe las noticias de que las cosas no estaban nada bien en su amada Jerusalén. Los muros estaban caídos y la ciudad desprotegida. De inmediato se quebró. Lloró, ayunó e hizo duelo por varios días. Tal era su tristeza que hasta el rey notó su semblante con un quebranto de corazón (2:2). ¿Qué cara habrá tenido Nehemías?


Esa incomodidad y esa pena profunda, eran necesarias para que cumpliera con la encomienda que recibiría del Señor: ir a dirigir la reconstrucción de los muros de Jerusalén. Su misión fue precedida de ese remolino de emociones, de esa intranquilidad interna que no se iba y que seguramente el Señor produjo para que Nehemías pudiera volver a Judá con todo y la venia del rey al que servía.                                                                                                                                                          
                                      ****
Soy fan de Ester. (Es más, creo que mi hija se va a llamar así)

Ella ya tenía todo lo que una mujer puede soñar: Un palacio, al hombre más poderoso de esa época como esposo, joyas, fortuna, siervos por montones. Pero, Dios usó a su primo Mardoqueo para incomodarla lo suficiente. Cuando se supo el plan del malvado Amán, cuando aparentemente la suerte ya estaba echada sobre el pueblo judío, Mardoqueo remueve a Ester de su comodidad en el palacio y la sacude de tal manera que ella hace lo único que podía hacer ante una misión imposible: orar y ayunar al Dios Todopoderoso para poder interceder por los judíos ante el rey Asuero, su esposo...al riesgo de perder su propia vida.

Me encanta el final feliz de este libro. Ester lo logró. El Señor la respaldó. El pueblo se salvó. El malo murió...Pero el propósito de Dios para la vida de esta reina se cumplió hasta que ella fue incomodada lo suficiente como para tomar acción, como para ver más allá de su círculo de confort y notar que el destino de su pueblo dependía de ella.

                                       ****
¿Por qué te hago un recuento de estas historias? 

Porque noto que todos estos personajes tenían un llamado, una misión celestial que cumplir y todo comenzó con una incomodidad, con un no sé que, con una falta de paz, con un impulso de hacer algo para cambiar la situación de sus pueblos.

Muchos de los líderes cristianos más reconocidos coinciden en afirmar que antes de sus llamados, Dios los había incomodado por algún tiempo con una misión específica: pastorado, ministerio a los enfermos deshauciados, misiones, movimientos a favor de los niños huérfanos, salvar a los sobrevivientes de la guerra de un país determinado, etc. Casi ninguno dijo si de inmediato. Es más, antes batallaron por algún tiempo o no entendían por qué su corazón se hacía chiquito y se conmovían tan profundamente por una situación en específico o por un determinado grupo de personas. Luego, con el tiempo entendieron que esa incomodidad venía del Señor. Y no los dejó tranquilos hasta que dijeron si, hasta que aceptaron su llamado, hasta que hicieron algo por cumplir el sueño de Dios para sus vidas

                                       ****
¿Y qué hay de ti?

¿Qué cosas hacen tu corazón chiquito? ¿Qué necesidad te estremece? ¿Qué grupo de la población te conmueve profundamente?  ¿Los niños huérfanos, las mujeres maltratadas, los jóvenes abusados, personas adictas, los matrimonios emproblemados, las naciones no alcanzadas?

Piensa, ¿qué es aquello, que si tuvieras todo los recursos suficientes, cambiarías de inmediato? Probablemente es ahí donde está tu llamado.

Puede ser que alguna vez fuiste llamado en el pasado para hacer algo para el Señor. Quizá acallaste esa incomodidad que te acompañó por mucho tiempo e ignoraste el llamado. O quizá ahora mismo, estés sintiendo una profunda incomodidad por determinada situación o necesidad que has visto.

Sea cual sea tu condición, quiero decirte que el Señor te está llamando. No lo ignores. Esa incomodidad que has sentido, ese impulso por ayudar a esas personas que sufren por algo específico vienen de Él. Te aseguro que has sido equipado para hacerlo.

Deja de posponer, deja de presentar excusas. ¡Haz algo! ¡Actívate! ¡Involúcrate! Si te tienes que preparar para decir si, ¡hazlo!, pero ¡hazlo ya!.

Termino dándote una noticia: Esa incomodidad, esa carga interna, eso que te desgarra el corazón, ese impulso por hacer algo para cambiar esa situación NO se va a ir,  hasta que le digas SI al que te está llamando. ¿Qué respondes?


"Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios" Romanos 11:29 RVR60

"Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché" Isaías 41:9 RVR60

No hay comentarios.:

Publicar un comentario