domingo, 25 de septiembre de 2016

¿Por Qué Diezmo?

Estoy consciente que éste no será el post más popular. Pero quiero compartir con ustedes mi propia experiencia con el diezmo.

Considero que mi pastor juvenil hizo una labor asombrosa en ese sentido. Recuerdo cómo cada viernes en nuestro culto, nos animaba a guardar la décima parte de nuestras entradas de dinero, aunque muchos solo eramos estudiantes universitarios y no teníamos un salario. Yo empecé a probar al Señor desde entonces y Él me cumplió desde la primera vez.

Apegada a la honestidad, debo decirles que no he sido fiel al 100%. Ahora que soy adulta y tengo un trabajo, me cuesta muchísimo más ser fiel que cuando era una joven estudiante que dependía de mis papás. Supongo que es porque en esa época, habían unos intermediarios a través de los cuales Dios me proveía; pero ahora, se trata de Él y yo nada más.

El Señor me ha hecho ver que cuando no doy mi diezmo es por una de dos razones, o bien por ambas:

1. Falta de fe. 
Hago cuentas, sé que no me va a alcanzar y aunque lucho, decido no diezmar o 'quedarle debiendo' al Señor para el siguiente pago. Evidentemente mis prioridades no son las adecuadas y no le doy el primer lugar a Él al hacer eso. Pero también descubro que muy en el fondo, estoy llena de miedo. Miedo a que no me alcance, miedo a quedarme algunos días sin dinero del cual disponer y cosas así. Me resulta fácil orar porque el Señor me sane o me saque de un lío con alguien más, pero cuando veo que me quedaré corta de dinero, no confío lo suficiente en mi Padre proveedor, y decido tener un plan B, dependiendo de MI dinero guardado y no de SU provisión fiel.

¿Y saben algo? Mi familia ha sido receptora infinidad de veces de Su fidelidad. Los que nos conocen saben cómo el Señor nos dio un crédito hipotecario cuando no calificábamos en ningún banco, cómo Él también usó ángeles para ayudarnos con una cuenta de hospital cuando mi mamá estuvo ingresada dos veces en menos de un mes, cómo NUNCA ha dejado que mis hermanos o yo estemos desempleados alguna vez...y la lista puede continuar.

Y a pesar de todo ello, lucho con entregar mi diezmo, sin darme cuenta que es mejor que me falte dinero, pero que no me falte fe.

2. Desobediencia.
A pesar de ser una cristiana de años, sé que muchas veces he sido desobediente. Conozco muy bien las promesas del Señor, las he experimentado en carne propia y aún así soy de esas hijas que decide hacer excepciones cuando le conviene. 

Aunque en mi iglesia jamás se nos ha dicho que es una obligación diezmar, cuando conoces Su Palabra sabes que es un mandato para todos los cristianos. Y Dios me ha hecho ver, que cuando no le doy la parte que le corresponde, estoy desobedeciéndole abiertamente.

Y Él bien podría dejar de proveerme el mes que yo no diezme, estaría en todo Su derecho, pero a pesar de mi obediencia intermitente, nunca ha dejado de ser fiel.


Puedo enumerar decenas de testimonios que conozco de primera mano, en los cuales el Señor ha demostrado que devuelve multiplicado cada centavo que le damos. Tú mismo que me lees, puedes ser uno de ellos. Así que puedo asegurarte que Dios no se hace esperar, cuando eres obediente y fiel.

Sin mencionar que diezmar es una expresión de mi amor hacia Él y un acto de mayordomía para sostener a la Iglesia y apoyar el avance del Evangelio.

¿Y qué si los administradores de esos diezmos lo hacen mal? Pues es su problema, descanso en saber que Dios les pedirá cuentas a ellos por sus fallas y a mí por las mías. Yo me tengo que preocupar por darle mi parte y ellos que se preocupen por cumplir con la suya.


Si nunca has diezmado, te desafío a probar al Señor. Él mismo te permite probarle en este tema. Prueba al menos una vez y espera. Estoy segura que Él superará tus expectativas.

Si estás pasando tiempos de prueba económica, no te preocupes, Dios conoce tu situación. Si puedes, aparta un poquito de lo que recibes, pero sino, Él abrirá caminos donde parece que no hay y te sorprenderá. Si en tu corazón está el deseo de honrarle, Él te va a dar los medios para hacerlo.

Si ya ejercitas el diezmo, contagia a otros, cuéntales de la fidelidad del Señor en tu vida. 

No seamos cristianos que confían en el Señor selectivamente, confiemos y obedezcamos lo suficiente como para hacer del diezmo nuestra prioridad...Luego, abramos las manos, que sus bendiciones no tardarán en llegar.


"Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto-dice el Señor Todopoderoso-, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde" Malaquías 3:10 NVI

"Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas, así estarán repletos tus graneros y rebosantes tus depósitos de vino" Proverbios 3:9-10 PDT

"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas" Marcos 12:30 NVI

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