Trabajo en un colegio y me llama la atención cómo los niños
crecen rápidamente. A estas alturas del año, es común ver cómo los pantalones de su
uniforme les quedan cortos. Es fácil ver los tobillos de muchos de ellos,
porque han crecido varios centímetros desde que las clases comenzaron. Basta
con mirarles para saber qué tanto se han estirado.
Eso me lleva a cuestionarme sobre mi propio crecimiento
espiritual. ¿Soy mejor de lo que era cuando el año comenzó? ¿Cuántos malos hábitos
he superado? ¿He leído más Su Palabra? ¿Mi carácter ha mejorado? ¿La gente nota
que he crecido?
Si todos creciéramos en nuestra vida, ya sea en carácter,
hábitos, relaciones sanas, servicio, oración-por mencionar algunos
aspectos-como los niños crecen en estatura, sin duda impactaríamos al mundo
siendo unos verdaderos ‘gigantes’.
¿Qué hay de ti? ¿Qué tanto has crecido este año? ¿Eres mejor
cristiano, papá, mamá, cónyuge, hijo...ahora? ¿La gente a tu alrededor nota tu
crecimiento?
No es tarde para hacer los ajustes que Dios te inspire a hacer. Tienes aun varios meses antes que acabe el año para procurar crecer.
“De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una
humanidad perfecta conforme a la plena ESTATURA de Cristo” Efesios 4:13 NVI
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