sábado, 17 de febrero de 2018

Vuelve y Haz Tu Tarea

El libro de Nehemías habla del proceso de reconstrucción de los muros de la ciudad de Jerusalén, que había sido destruida por la invasión babilónica años atrás.

Debes saber que esa labor no fue fácil. Este era ya el tercer intento por reconstruir los muros de la ciudad. Nehemías enfrentó gran oposición de parte de algunos gobernadores vecinos (Nehemías 2:10). A lo largo del libro se narran siete intentos de estos hombres y algunos judíos nobles, de parar la labor de reconstrucción. Fraguaron todo tipo de estrategias para hacer decaer el ánimo del pueblo y de sus líderes, pero vez tras vez, Dios usó a Nehemías para liderarlos a cumplir con la meta.

El capítulo 4 muestra que estos enemigos se enojaron al saber que los muros se levantaban y por ello idearon una invasión a la ciudad. Algunos del pueblo se sentían debilitados por la labor exhaustiva que realizaban;  y si a esto le sumamos el temor de una invasión inminente, era hasta normal que ellos quisieran 'tirar la toalla' y dejar de reparar los muros...por tercera vez.

La Biblia narra que Nehemías se dirigió al pueblo y les dio palabras de ánimo, les recordó que el Señor estaba de su lado y les pidió que no temieran:

"Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. Y cuando oyeron esto nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea" (4:14-15)


Mientras leía, pensaba en lo que esa gente pudo sentir en esos días. Era natural que sintieran temor, conocían de sus enemigos, sabían el poder que ellos tenían; además, ya habían hecho un par de intentos de levantar los muros antes y no lo habían completado. ¿Qué garantía podía darles Nehemías? ¿Qué pasaría con sus familias y su ciudad si los invadían? ¿Sería más fácil bajar los brazos para llevar la fiesta en paz con los malos?

Sin embargo, CONFIARON y PERSEVERARON. Nehemías fue un gran instrumento sin duda; pero fue Dios quien les respaldó. 

Si lees bien notarás que no se tomaron días libres, no se retiraron a orar para saber si era la voluntad de Dios que siguieran en su labor, no lloraron delante de Nehemías ni le echaron la culpa por haberlos metido en esa situación. NO!! Simplemente decidieron seguir haciendo su tarea a pesar de la amenaza latente.


Si eres como yo, sabrás que en los momentos de prueba siempre se nos cruza por la mente casi como primera opción, 'tirar la toalla'. Es muy común que dejemos de orar, de ir a la iglesia, que aventemos nuestros ministerios, que dejemos de leer la Biblia, etc., porque sentimos que Dios nos ha fallado o ha sido injusto al permitir una prueba grande en nuestra vida.

Recientemente he tenido impulsos de ese tipo. He querido 'hacer una pausa' y dejar de hacer lo que hago para el Señor. Pero he entendido que lo único que una decisión así provocará, será darme tiempo y espacio para lloriquear, auto-conmiserarme y centrarme solo en MI problema y no en MI Dios.


Así que te animo a no rendirte. No importa cuál sea tu prueba o tu amenaza actual, sigue! No bajes los brazos, no te engañes creyendo que no podrás hacerlo. Las fuerzas que necesitas vendrán de Él. Mantente haciendo lo que es correcto, no dejes de ir a tu iglesia por muy duros que sean tus días, no renuncies a tu ministerio, no te aísles. Pero sobre todo, no dejes de buscar a diario a la Fuente de fortaleza, al Consolador, al Dios Omnipotente. 


El muro de Jerusalén fue terminado en tan solo cincuenta y dos días (6:15). El propósito se cumplió. Ignoro cuánto tiempo nos tomará entender el propósito del Señor en nuestra propia prueba, pero estoy convencida que Él no deja nada a medias (Filipenses 1:6); y un día, cercano o lejano, levantaremos nuestra mirada y veremos todo lo que Él reconstruyó a nuestro alrededor (como los muros alrededor de la ciudad de Jerusalén) y sabremos que valió la pena no haber renunciado. Y esa obra, Su obra, será mejor que lo que había antes, seremos como esos muros redoblados: más seguros, más fuertes, más firmes.

Por mucho que duela hoy, por muy oscuro que luzca tu panorama, por muy agotado que estés...no bajes los brazos. Vuelve y haz lo que el Señor te ha llamado a hacer.


"No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos" Gálatas 6:9

"No os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza" Nehemías 8:10

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