Estoy consciente que éste no será el post más popular. Pero quiero compartir con ustedes mi propia experiencia con el diezmo.
Considero que mi pastor juvenil hizo una labor asombrosa en ese sentido. Recuerdo cómo cada viernes en nuestro culto, nos animaba a guardar la décima parte de nuestras entradas de dinero, aunque muchos solo eramos estudiantes universitarios y no teníamos un salario. Yo empecé a probar al Señor desde entonces y Él me cumplió desde la primera vez.
Apegada a la honestidad, debo decirles que no he sido fiel al 100%. Ahora que soy adulta y tengo un trabajo, me cuesta muchísimo más ser fiel que cuando era una joven estudiante que dependía de mis papás. Supongo que es porque en esa época, habían unos intermediarios a través de los cuales Dios me proveía; pero ahora, se trata de Él y yo nada más.
El Señor me ha hecho ver que cuando no doy mi diezmo es por una de dos razones, o bien por ambas:
1. Falta de fe.
Hago cuentas, sé que no me va a alcanzar y aunque lucho, decido no diezmar o 'quedarle debiendo' al Señor para el siguiente pago. Evidentemente mis prioridades no son las adecuadas y no le doy el primer lugar a Él al hacer eso. Pero también descubro que muy en el fondo, estoy llena de miedo. Miedo a que no me alcance, miedo a quedarme algunos días sin dinero del cual disponer y cosas así. Me resulta fácil orar porque el Señor me sane o me saque de un lío con alguien más, pero cuando veo que me quedaré corta de dinero, no confío lo suficiente en mi Padre proveedor, y decido tener un plan B, dependiendo de MI dinero guardado y no de SU provisión fiel.
¿Y saben algo? Mi familia ha sido receptora infinidad de veces de Su fidelidad. Los que nos conocen saben cómo el Señor nos dio un crédito hipotecario cuando no calificábamos en ningún banco, cómo Él también usó ángeles para ayudarnos con una cuenta de hospital cuando mi mamá estuvo ingresada dos veces en menos de un mes, cómo NUNCA ha dejado que mis hermanos o yo estemos desempleados alguna vez...y la lista puede continuar.
Y a pesar de todo ello, lucho con entregar mi diezmo, sin darme cuenta que es mejor que me falte dinero, pero que no me falte fe.
2. Desobediencia.
A pesar de ser una cristiana de años, sé que muchas veces he sido desobediente. Conozco muy bien las promesas del Señor, las he experimentado en carne propia y aún así soy de esas hijas que decide hacer excepciones cuando le conviene.
Aunque en mi iglesia jamás se nos ha dicho que es una obligación diezmar, cuando conoces Su Palabra sabes que es un mandato para todos los cristianos. Y Dios me ha hecho ver, que cuando no le doy la parte que le corresponde, estoy desobedeciéndole abiertamente.
Y Él bien podría dejar de proveerme el mes que yo no diezme, estaría en todo Su derecho, pero a pesar de mi obediencia intermitente, nunca ha dejado de ser fiel.
Puedo enumerar decenas de testimonios que conozco de primera mano, en los cuales el Señor ha demostrado que devuelve multiplicado cada centavo que le damos. Tú mismo que me lees, puedes ser uno de ellos. Así que puedo asegurarte que Dios no se hace esperar, cuando eres obediente y fiel.
Sin mencionar que diezmar es una expresión de mi amor hacia Él y un acto de mayordomía para sostener a la Iglesia y apoyar el avance del Evangelio.
¿Y qué si los administradores de esos diezmos lo hacen mal? Pues es su problema, descanso en saber que Dios les pedirá cuentas a ellos por sus fallas y a mí por las mías. Yo me tengo que preocupar por darle mi parte y ellos que se preocupen por cumplir con la suya.
Si nunca has diezmado, te desafío a probar al Señor. Él mismo te permite probarle en este tema. Prueba al menos una vez y espera. Estoy segura que Él superará tus expectativas.
Si estás pasando tiempos de prueba económica, no te preocupes, Dios conoce tu situación. Si puedes, aparta un poquito de lo que recibes, pero sino, Él abrirá caminos donde parece que no hay y te sorprenderá. Si en tu corazón está el deseo de honrarle, Él te va a dar los medios para hacerlo.
Si ya ejercitas el diezmo, contagia a otros, cuéntales de la fidelidad del Señor en tu vida.
No seamos cristianos que confían en el Señor selectivamente, confiemos y obedezcamos lo suficiente como para hacer del diezmo nuestra prioridad...Luego, abramos las manos, que sus bendiciones no tardarán en llegar.
"Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto-dice el Señor Todopoderoso-, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde" Malaquías 3:10 NVI
"Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas, así estarán repletos tus graneros y rebosantes tus depósitos de vino" Proverbios 3:9-10 PDT
"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas" Marcos 12:30 NVI
domingo, 25 de septiembre de 2016
domingo, 18 de septiembre de 2016
¿Uno o Nueve?
El colegio donde trabajo está bajo la cobertura de la iglesia de la que soy miembro. Hace algunos años, se creó un programa de becas para bendecir a familias de la congregación cuyos hijos estudiaban con nosotros y cumplían con ciertos requisitos.
Lamentablemente ese programa se cerró hace un par de años y ya no se otorgan nuevas becas, pero, a aquellos que estaban siendo beneficiarios desde el inicio y aún forman parte del colegio, se les ha ido disminuyendo el porcentaje de ayuda año con año, hasta que eventualmente desaparezca.
Recientemente estas familias beneficiadas fueron notificadas por escrito de la resolución de la junta del colegio y se les anunciaba el porcentaje de ayuda que tendrán el año siguiente. Me sorprendió que de todos ellos, solamente unos pocos hicieron llegar un agradecimiento a las autoridades del colegio.
Me conmovió en particular una mamá soltera, cuya hija se graduará de bachiller en el 2017. Ella se tomó el tiempo de escribir un correo para agradecer por el beneficio y para darle la gloria a Dios por ello. Hace un tiempo, ella me expresó que sabía muy bien que si su hija no gozara de ese beneficio, no podría aspirar a graduarse.
No conozco a todas las familias que recibieron esta bendición, pero me llamó la atención cuantos de ellos no expresaron su agradecimiento. Sé que eso no significa que no estén agradecidos, pero que significativo es hacer saber que valoras lo que recibes. Es más, hasta hubo una familia que reclamó porque el porcentaje de ayuda se redujo. Esto me hizo pensar en cuantas veces nos creemos merecedores de un montón de bendiciones, que son justamente eso, puras bendiciones.
¿Recuerdas aquellos diez leprosos que Jesús sanó? La Biblia narra en Lucas 17:11-19 ese milagro. Considerando que una persona con lepra era exiliada y tenida como inmunda, lo que el Señor hizo no era algo pequeño. El mismo Señor expresó: "¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?" (v.17)
Mientras leía esto, me convencía de nuestra naturaleza humana corrompida, que nos hace creer que tenemos un poco de buenos y santos, y que por lo tanto nos merecemos que Él haga lo que pedimos y nos bendiga.
Se nos olvida que todo lo que Él nos da es por Su Gracia.
En el caso de los leprosos, la Palabra no dice que los nueve que no volvieron, se enfermaron de nuevo. No. El milagro se mantuvo. Ellos recibieron su sanidad por la misericordia del Señor Jesús. Y lo mismo pasa con nosotros en muchas ocasiones. Dios nos bendice con tantas cosas que damos por sentadas y a pesar de que no agradecemos como deberíamos, esas bendiciones no nos son retiradas. Más de Su Gracia.
Yo he sido como esas familias que creen que se merecen la beca y punto. Y también he sido como esos nueve, que claman a Dios a grandes voces pidiendo cosas, pero que agradece en silencio, o peor aún, ni siquiera agradece por lo que Él da y hace.
Que el Señor nos permita tener un corazón lleno de agradecimiento genuino y nos guarde de creernos buenos o al menos no tan malos como otros. Que nunca olvidemos que cada cosa buena que llega a nuestras vidas vino por Su bondad y no por la nuestra. Porque si somos honestos, ni ustedes ni yo tenemos una pizca de buenos. Se trata de Él y Su corazón de Papá que bendice a Sus hijos, precisamente por eso, porque somos Sus hijos.
¿Cuándo fue la última vez que expresaste tu agradecimiento al Señor? No seas como aquellos nueve, ve a Su presencia y desbórdate en agradecimiento delante de Él.
"Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es Su voluntad para ustedes en Cristo Jesús" 1 Tesalonicenses 5:18 NVI
"Porque todas las cosas vienen de Dios, y existen por Él y para Él ¡Gloria para siempre a Dios! Amén." Romanos 11:36 DHH
"Den gracias al Señor Todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque Su amor es eterno" Jeremías 33:11 DHH
Lamentablemente ese programa se cerró hace un par de años y ya no se otorgan nuevas becas, pero, a aquellos que estaban siendo beneficiarios desde el inicio y aún forman parte del colegio, se les ha ido disminuyendo el porcentaje de ayuda año con año, hasta que eventualmente desaparezca.
Recientemente estas familias beneficiadas fueron notificadas por escrito de la resolución de la junta del colegio y se les anunciaba el porcentaje de ayuda que tendrán el año siguiente. Me sorprendió que de todos ellos, solamente unos pocos hicieron llegar un agradecimiento a las autoridades del colegio.
No conozco a todas las familias que recibieron esta bendición, pero me llamó la atención cuantos de ellos no expresaron su agradecimiento. Sé que eso no significa que no estén agradecidos, pero que significativo es hacer saber que valoras lo que recibes. Es más, hasta hubo una familia que reclamó porque el porcentaje de ayuda se redujo. Esto me hizo pensar en cuantas veces nos creemos merecedores de un montón de bendiciones, que son justamente eso, puras bendiciones.
¿Recuerdas aquellos diez leprosos que Jesús sanó? La Biblia narra en Lucas 17:11-19 ese milagro. Considerando que una persona con lepra era exiliada y tenida como inmunda, lo que el Señor hizo no era algo pequeño. El mismo Señor expresó: "¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?" (v.17)
Mientras leía esto, me convencía de nuestra naturaleza humana corrompida, que nos hace creer que tenemos un poco de buenos y santos, y que por lo tanto nos merecemos que Él haga lo que pedimos y nos bendiga.
Se nos olvida que todo lo que Él nos da es por Su Gracia.
En el caso de los leprosos, la Palabra no dice que los nueve que no volvieron, se enfermaron de nuevo. No. El milagro se mantuvo. Ellos recibieron su sanidad por la misericordia del Señor Jesús. Y lo mismo pasa con nosotros en muchas ocasiones. Dios nos bendice con tantas cosas que damos por sentadas y a pesar de que no agradecemos como deberíamos, esas bendiciones no nos son retiradas. Más de Su Gracia.
Yo he sido como esas familias que creen que se merecen la beca y punto. Y también he sido como esos nueve, que claman a Dios a grandes voces pidiendo cosas, pero que agradece en silencio, o peor aún, ni siquiera agradece por lo que Él da y hace.
Que el Señor nos permita tener un corazón lleno de agradecimiento genuino y nos guarde de creernos buenos o al menos no tan malos como otros. Que nunca olvidemos que cada cosa buena que llega a nuestras vidas vino por Su bondad y no por la nuestra. Porque si somos honestos, ni ustedes ni yo tenemos una pizca de buenos. Se trata de Él y Su corazón de Papá que bendice a Sus hijos, precisamente por eso, porque somos Sus hijos.
¿Cuándo fue la última vez que expresaste tu agradecimiento al Señor? No seas como aquellos nueve, ve a Su presencia y desbórdate en agradecimiento delante de Él.
"Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es Su voluntad para ustedes en Cristo Jesús" 1 Tesalonicenses 5:18 NVI
"Porque todas las cosas vienen de Dios, y existen por Él y para Él ¡Gloria para siempre a Dios! Amén." Romanos 11:36 DHH
"Den gracias al Señor Todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque Su amor es eterno" Jeremías 33:11 DHH
domingo, 11 de septiembre de 2016
Tobillos a la Vista
Trabajo en un colegio y me llama la atención cómo los niños
crecen rápidamente. A estas alturas del año, es común ver cómo los pantalones de su
uniforme les quedan cortos. Es fácil ver los tobillos de muchos de ellos,
porque han crecido varios centímetros desde que las clases comenzaron. Basta
con mirarles para saber qué tanto se han estirado.
Eso me lleva a cuestionarme sobre mi propio crecimiento
espiritual. ¿Soy mejor de lo que era cuando el año comenzó? ¿Cuántos malos hábitos
he superado? ¿He leído más Su Palabra? ¿Mi carácter ha mejorado? ¿La gente nota
que he crecido?
Si todos creciéramos en nuestra vida, ya sea en carácter,
hábitos, relaciones sanas, servicio, oración-por mencionar algunos
aspectos-como los niños crecen en estatura, sin duda impactaríamos al mundo
siendo unos verdaderos ‘gigantes’.
¿Qué hay de ti? ¿Qué tanto has crecido este año? ¿Eres mejor
cristiano, papá, mamá, cónyuge, hijo...ahora? ¿La gente a tu alrededor nota tu
crecimiento?
No es tarde para hacer los ajustes que Dios te inspire a hacer. Tienes aun varios meses antes que acabe el año para procurar crecer.
“De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una
humanidad perfecta conforme a la plena ESTATURA de Cristo” Efesios 4:13 NVI
domingo, 4 de septiembre de 2016
Cuando mi feminismo se encuentra con Su Palabra
Tuvimos vacaciones el mes pasado, así que fui a visitar a mi hermano y su familia. Una mañana, mientras ayudaba a vestir a mi sobrina de 6 años y al mismo tiempo le desenredaba su cabello, empezamos a platicar. Debo decir que ella habla TODO el tiempo. No recuerdo bien cuál era nuestro tema en ese momento, además, yo la estaba apurando porque íbamos a salir. Pero ella quería saber nuestros 'planes' para ese día. Yo le respondí a la ligera algo como: "no sé qué va a decir papi".
Unos segundos después me preguntó: "¿por qué siempre tenemos que hacer lo que papi dice?"
Boom! Mi mente estaba en blanco. Fueron segundos de tartamudeo. Yo estaba detrás de ella peinándola y rogándole a Dios que no me viera la cara de angustia que seguramente tenía en ese instante. Es decir, quería responder lo más adecuado a la niña, lo correcto, no aquello que la tranquilizara, sino la verdad.
El Señor me recordó de un libro que justamente estaba terminando de leer en esos días, el cual, entre otras cosas habla de los roles que Dios diseñó para hombres y mujeres.
Mi respuesta fue algo como esto: "Bueno, todo comenzó cuando Dios creó a Adán y Eva. Él hizo primero al hombre porque Él quería que él fuera la cabeza y el líder y luego del hombre sacó a Eva, su esposa, porque Dios quería que Adán fuera su protector y la cuidara siempre. Entonces lo que Dios planeó fue que los hombres de la familia fueran nuestros líderes y nuestros protectores..."
Ella me escuchaba atentamente y de repente entró al cuarto mi cuñada...Yo alabé al Señor en ese momento, pues sentí que me enviaba una ayuda!!
Le comenté a mi cuñada de nuestra plática y ella me apoyó. Terminé diciéndole: "Dios es sabio y Él decidió que así fueran nuestras familias. Si seguimos lo que Él planeo, nuestra familia va a tener muchas bendiciones. Si papi se equivoca alguna vez, Dios se va a entender con él, usted no se preocupe"
Me pareció que ella quedó satisfecha con la respuesta...Ufff! Qué alivio!! ¿Cómo a una niña tan pequeña se le ocurre hacer ese tipo de preguntas?
Debo confesarles que decir esas palabras en voz alta no es tan fácil para mi. Yo siempre me he considerado feminista. Crecí en un hogar donde imperaba el machismo y más de una vez me prometí a mí misma nunca depender de un hombre, ser autosuficiente y no obedecer como esclava todos los deseos de ellos.
Pero, en los últimos meses, Dios ha estado cambiando esas ideas mías. La Palabra está llena de los lineamientos que el Señor trazó desde el principio para la relación hombre-mujer. He aprendido que su diseño es perfecto, y no es posible que yo confíe en lo que las Escrituras dicen respecto al dinero, a la salvación, al perdón, etcétera, y no confíe en lo que dicen respecto a los roles de las mujeres y los hombres. Esa obediencia selectiva a Su Palabra, es desobediencia.
También me cuesta dejar que sean los hombres quienes dirijan, lo admito. Usualmente, me gusta que las cosas se hagan a mi forma y velocidad. Si alguno se quedó atrás, lo siento! Que se apure y me alcance! Sin embargo, el Señor decidió que la cabeza sean ellos. Lo sé, lo sé. Una siente que algo se retuerce por dentro mientras digiere esto. Pero, en el pasado me ha ido muy mal cuando me he salido de la voluntad de Dios en diversos asuntos y no me gustaría volver a experimentar consecuencias por ello.
Sin embargo, lo que más me ha impactado al estudiar sobre este diseño, es que Dios pensó en la relación hombre-mujer para modelarnos la relación Cristo-Iglesia. Él nos pensó a las mujeres como esa enamorada, esa novia que se guarda y espera por su novio. Él tenía la intención que al ver cada matrimonio cristiano, comprendiéramos que de la misma forma que la esposa se sujeta al esposo, nosotros, Sus hijos, Su iglesia, debemos sujetarnos a Él. El Señor planeó que la relación más parecida a Su relación con Su pueblo, fuera la relación hombre-mujer. Y definitivamente no concibo a una Iglesia que se rebela contra su Novio Celestial y se vuelve 'feminista' queriendo hacer las cosas a su manera y desconociendo el liderazgo de Él.
¿Y si ellos se equivocan y hacen las cosas mal? Pues quiero decirte que existe un 99.99% de probabilidades que eso ocurra. Son humanos, claro que van a meter la pata! Y seguramente nosotras lo haremos también.
Pero, piensa un poco ¿A quién le pidió cuentas el Señor en el Edén? A ambos. A Adán y a Eva. (Génesis 3:9-21) Pero ¿sobre los hombros de quién recayó la culpa por la caída de la humanidad? Exacto. Sobre Adán (1 Corintios 15:22). Así que aún cuando ellos cometan errores, Dios sigue sosteniendo Su diseño y es a Él a quién ellos rendirán cuentas.
A mí me está costando muchísimo aceptar todas estas verdades, mentiría si digo que es algo que yo acepto sin cuestionamientos, pero le agradezco a Dios por enseñarme estas lecciones mientras estoy soltera aún.
Me encantó que unos días más tarde, mi sobrinita le estaba 'explicando' a mi hermana la razón por la que los hombres son la cabeza de la familia. Ella recordaba todo lo que yo le había dicho!!! Y mi oración es que cada mujer, casada o soltera, que lea esto, recuerde también cuál fue el diseño del Maestro para sus relaciones.
"De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó: Ésta si es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará 'mujer' (Isha) porque del hombre (Ish) fue sacada" Génesis 2:22-23 NVI
"Luego Dios el Señor dijo: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada" Génesis 2:18 NVI
Unos segundos después me preguntó: "¿por qué siempre tenemos que hacer lo que papi dice?"
Boom! Mi mente estaba en blanco. Fueron segundos de tartamudeo. Yo estaba detrás de ella peinándola y rogándole a Dios que no me viera la cara de angustia que seguramente tenía en ese instante. Es decir, quería responder lo más adecuado a la niña, lo correcto, no aquello que la tranquilizara, sino la verdad.
El Señor me recordó de un libro que justamente estaba terminando de leer en esos días, el cual, entre otras cosas habla de los roles que Dios diseñó para hombres y mujeres.
Mi respuesta fue algo como esto: "Bueno, todo comenzó cuando Dios creó a Adán y Eva. Él hizo primero al hombre porque Él quería que él fuera la cabeza y el líder y luego del hombre sacó a Eva, su esposa, porque Dios quería que Adán fuera su protector y la cuidara siempre. Entonces lo que Dios planeó fue que los hombres de la familia fueran nuestros líderes y nuestros protectores..."
Ella me escuchaba atentamente y de repente entró al cuarto mi cuñada...Yo alabé al Señor en ese momento, pues sentí que me enviaba una ayuda!!
Le comenté a mi cuñada de nuestra plática y ella me apoyó. Terminé diciéndole: "Dios es sabio y Él decidió que así fueran nuestras familias. Si seguimos lo que Él planeo, nuestra familia va a tener muchas bendiciones. Si papi se equivoca alguna vez, Dios se va a entender con él, usted no se preocupe"
Me pareció que ella quedó satisfecha con la respuesta...Ufff! Qué alivio!! ¿Cómo a una niña tan pequeña se le ocurre hacer ese tipo de preguntas?
Debo confesarles que decir esas palabras en voz alta no es tan fácil para mi. Yo siempre me he considerado feminista. Crecí en un hogar donde imperaba el machismo y más de una vez me prometí a mí misma nunca depender de un hombre, ser autosuficiente y no obedecer como esclava todos los deseos de ellos.
Pero, en los últimos meses, Dios ha estado cambiando esas ideas mías. La Palabra está llena de los lineamientos que el Señor trazó desde el principio para la relación hombre-mujer. He aprendido que su diseño es perfecto, y no es posible que yo confíe en lo que las Escrituras dicen respecto al dinero, a la salvación, al perdón, etcétera, y no confíe en lo que dicen respecto a los roles de las mujeres y los hombres. Esa obediencia selectiva a Su Palabra, es desobediencia.
También me cuesta dejar que sean los hombres quienes dirijan, lo admito. Usualmente, me gusta que las cosas se hagan a mi forma y velocidad. Si alguno se quedó atrás, lo siento! Que se apure y me alcance! Sin embargo, el Señor decidió que la cabeza sean ellos. Lo sé, lo sé. Una siente que algo se retuerce por dentro mientras digiere esto. Pero, en el pasado me ha ido muy mal cuando me he salido de la voluntad de Dios en diversos asuntos y no me gustaría volver a experimentar consecuencias por ello.
Sin embargo, lo que más me ha impactado al estudiar sobre este diseño, es que Dios pensó en la relación hombre-mujer para modelarnos la relación Cristo-Iglesia. Él nos pensó a las mujeres como esa enamorada, esa novia que se guarda y espera por su novio. Él tenía la intención que al ver cada matrimonio cristiano, comprendiéramos que de la misma forma que la esposa se sujeta al esposo, nosotros, Sus hijos, Su iglesia, debemos sujetarnos a Él. El Señor planeó que la relación más parecida a Su relación con Su pueblo, fuera la relación hombre-mujer. Y definitivamente no concibo a una Iglesia que se rebela contra su Novio Celestial y se vuelve 'feminista' queriendo hacer las cosas a su manera y desconociendo el liderazgo de Él.
¿Y si ellos se equivocan y hacen las cosas mal? Pues quiero decirte que existe un 99.99% de probabilidades que eso ocurra. Son humanos, claro que van a meter la pata! Y seguramente nosotras lo haremos también.
Pero, piensa un poco ¿A quién le pidió cuentas el Señor en el Edén? A ambos. A Adán y a Eva. (Génesis 3:9-21) Pero ¿sobre los hombros de quién recayó la culpa por la caída de la humanidad? Exacto. Sobre Adán (1 Corintios 15:22). Así que aún cuando ellos cometan errores, Dios sigue sosteniendo Su diseño y es a Él a quién ellos rendirán cuentas.
A mí me está costando muchísimo aceptar todas estas verdades, mentiría si digo que es algo que yo acepto sin cuestionamientos, pero le agradezco a Dios por enseñarme estas lecciones mientras estoy soltera aún.
Me encantó que unos días más tarde, mi sobrinita le estaba 'explicando' a mi hermana la razón por la que los hombres son la cabeza de la familia. Ella recordaba todo lo que yo le había dicho!!! Y mi oración es que cada mujer, casada o soltera, que lea esto, recuerde también cuál fue el diseño del Maestro para sus relaciones.
"De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó: Ésta si es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará 'mujer' (Isha) porque del hombre (Ish) fue sacada" Génesis 2:22-23 NVI
"Luego Dios el Señor dijo: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada" Génesis 2:18 NVI
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