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Hay una historia de la Biblia que me gusta mucho. Parece una telenovela mexicana, pero no lo es, en serio.
Se trata de un hombre llamado Elcana. Tenía dos esposas: Penina y Ana. Penina le dio varios hijos, Ana no podía tenerlos. La tal Penina molestaba mucho a Ana y se burlaba de ella. Y aunque Elcana realmente amaba a Ana, a veces no era comprensivo con ella. Llegó a decirle "no te soy suficiente yo más que diez hijos??". Si yo hubiese sido Ana le pego por no entender cómo se sentía.
Pero bueno, Ana sufría mucho, y cada vez que iba al templo, lloraba y dejaba de comer por la tristeza que tenía. La Biblia describe que en una ocasión ella fue al templo y "oraba con amargura de alma". Ella dijo: "si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón" ¿Te imaginas lo que estas palabras significan? Mientras eso ocurría, el sacerdote Elí la miraba y la escena fue tal que pensó que ella estaba borracha.
Pero luego Ana le explicó lo que pasaba y Elí le dijo: "Ve en paz y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho". Lo
sorprendente de esto para mí es lo que pasó con Ana después de estas palabras
que el sacerdorte le dijo: "Y
ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su
camino, y comió, y no estuvo
más triste"
¿Te das cuenta? Una sola palabra de parte del sacerdote fue suficiente para que Ana ya no se sintiera triste. Acababa de estar insinuando que Dios se había olvidado de ella, y luego algo pasó que ella simplemente siguió con su vida, ya no estuvo triste y hasta se fue a comer!!
Trato de imaginar qué ocurrió. ¿Por qué esa vez fue diferente? ¿De qué forma habló Elí para que Ana cambiara? ¿Será que ella vio algo? ¿Será que simplemente sintió algo que nunca había sentido y eso la llenó de fe para creer que su tristeza se iría? La Biblia no lo dice. Lo que es cierto es que ya no estuvo triste, regresó a su casa, comió, durmió con su esposo y quedó embarazada!!! A los 9 meses nació Samuel.
Una de mis mejores amigas luchó muchos años para ser mamá. La vi pasar momentos duros, pude sentir su tristeza y amargura por sentir que Dios no le escuchaba. Oramos mucho, por años. Así que me es fácil imaginar lo que Ana sentía, sobre todo si había otra mujer burlándose de ella por no poder tener hijos.
Pero lo que quiero resaltar es que Dios tiene la capacidad de quitar en un segundo los sentimientos más horribles que podamos tener. Considera que Ana lo buscó a Él para desahogarse, buscó el lugar y la persona correcta para desbordar su corazón. Y luego, Dios envía a Elí para darle una palabra, y eso le bastó. Increíble.
No sé cuántas veces te has sentido tan triste que sientes literalmente que te duele el corazón. Yo me he sentido así. Literalmente hay un hoyo en el pecho. Literalmente se agotan las fuerzas. Literalmente se quita el hambre. Literalmente te duele la garganta por haber llorado tanto. Despiertas en la mañana y quieres que ya sea de noche para dormirte otra vez. Llega la noche y ya quieres que amanezca para no tener que soñar con esa situación o esa persona, o para no tener que despertarte en la madrugada y recordar el dolor. Sientes que Dios te ha olvidado. ¿Cómo se supone que se supera esto? ¿Cuánto tiempo va a tardar? ¿De verdad Dios sabe cómo me siento? ¿Cuándo va a dejar de doler? Yo he estado ahí más tiempo del que hubiese querido. Y créeme que al igual que Ana he sentido que ni vale la pena orar porque quizá Dios ya me olvidó.
Pero al leer esta historia, recuerdo que tengo al mismo Dios de Ana. Y puedo venir a Él cada vez que el corazón duela, puedo llorar sin pena, puedo gritar y hacer todas las preguntas que quiera. Él me entiende, Él me escucha, Él está ahí. No me ha olvidado. Y una palabra Suya es suficiente para que mi dolor y mi tristeza desaparezcan.
Si ya probaste llorar, hacer berrinche, reclamar, hacerte la víctima, etc., ¿por qué no pruebas con venir a Él? ¿por qué no como Ana retomas tu vida? ¿por qué no le dejas a Él llevarse tu dolor y amargura por lo que te pasó?
Sea lo que sea que estés pasando, te aseguro que Dios no te ha olvidado. Él conoce tu nombre y tu situación. Tal vez sólo está esperando que llegues a Su presencia, o que te calles por un rato y lo escuches.
"Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella." 1 Samuel 1:19
Fui al cine esta semana a ver El Llanero Solitario. Recordé viejos tiempos con esa película. Y me llamó la atención un hecho: Ambos protagonistas, John Reid y el Indio "Toro", buscan en la historia reivindicarse de alguna manera.
Primero Toro. Él fue seducido cuando era niño a mostrar el origen de la plata en tierras indias a cambio de un reloj. Eso trajo muerte y destrucción a su tribu, porque la avaricia de esos hombres blancos por la plata, hizo que los eliminaran. Toro se propuso encontrar a esos hombres y hacer lo que fuese necesario para reivindicarse con su pueblo.
Por otro lado, John recién ha vuelto a su tierra natal y sin planearlo hereda el puesto y la misión de su hermano. Inicialmente se resiste, pero luego, después que Toro le cuenta cómo Buch Cavendish asesinó a su hermano y luego le sacó el corazón y se lo comió, decide asumir su rol como Ranger y reivindicarlo. Y la trama transcurre de esa manera, ambos personajes buscando sanar algo ocurrido en el pasado.
Pensaba en los hechos que nos marcan la vida. Quizá algo que pasó en la niñez y que hemos cargado por años, quizá un daño que alguien más causó, quizá incluso podemos sentir que alguien tomó nuestro corazón (como en la película), quizá se trata de una injusticia, hasta puede ser que sintamos que Dios no apareció cuando lo necesitábamos.
Pero, que bueno es saber que Dios si escucha, que si conoce los hechos tal y como ocurrieron, que no ha olvidado ni un segundo lo que sufrimos. Es parte de Su naturaleza ser justo, y por algo la Biblia dice: "No os venguéis
vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque
escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor." (Romanos 12:19 RV60).
Puede que sintamos que Dios a veces se tarda para hacernos justicia, para tomar cartas en el asunto y hacerle pagar a los "malos" lo que nos hicieron. Pero no importa cuánto tiempo haya pasado, Él no lo ha olvidado, y tu honor será resguardado.
En lo personal he querido desquitarme de una o dos personas, me he descubierto teniendo deseos no tan buenos para esas personas (lo confieso!). Pero he aprendido que arruinaría mi vindicación si meto mis manos. Esa no es la forma de sentirme compensada, eso es venganza. Lo que realmente debo hacer es confiar en que Dios es quien da la cara por mí y dejar que Él trate con ellos. Y me queda claro que no va a ser ni en el tiempo ni en la forma que yo quiera (así que no creo verlos nunca de rodillas pidiéndome perdón!!). Y también he tenido que aceptar que muy probablemente mis ojos nunca verán la forma en que Dios lo haga. Eso es asunto Suyo.
El indio "Toro" esperó 20 años para reivindicarse con su tribu. Espero que Dios no se tarde tanto conmigo, pero sé que su reivindicación llegará. Sería extraordinario tener al Llanero Solitario para que se desquite por mí. Pero tengo a Dios, soy Su hija, y como buen Papá hará lo que sea para traer reivindicación a mi vida. Estoy segura de eso.
"Y Raquel dijo: Dios me ha juzgado y me ha vindicado, y ha escuchado mi plegaria" (Génesis 30:6 Amplified Version. Traducción personal)
Cada uno de nosotros agradece o valora ciertos atributos de Dios de acuerdo a su propia experiencia o necesidad. En mi caso, siempre he afirmado que de todos los atributos que Él tiene, el que más significa para mí hasta ahora, es Su FIDELIDAD.
Si alguna vez has tenido la desafortunada experiencia de que alguien te falle, "te queme la pata", te mienta, te engañe, sabrás todos los sentimientos que esto puede causar: enojo, tristeza, ira, depresión, baja autoestima, etc. He visto llorar a muchas mujeres cuyas parejas las engañaron, las dejaron, las cambiaron por "otra" o simplemente no comparten su concepto de fidelidad. Claro que no solamente las parejas pueden sernos infieles. Podemos sentir que nuestros padres nos fueron infieles, que un amigo nos engañó, por ejemplo. La infidelidad representa cualquier tipo de deslealtad que recibimos de una persona y que a menudo se ha mantenido oculta.
Trata de imaginar ¿qué pasaría si Dios, que te conoce perfectamente, le cuenta a ciertas personas sobre tus pecados? ¿Puedes pensar que Dios se cansa de ti y decide que ya no va a escuchar tus oraciones porque nunca cambias? Peor aún ¿Qué sentirías si Él deja de llamarte su hijo/a porque no quiere tener ningún tipo de relación contigo?
Estoy segura que ninguno de nosotros concibe a Dios de esa manera, simplemente porque Él no es así. No tenemos que ser teólogos o grandes espirituales para saberlo. Pero, ¿por qué nos cuesta disfrutar de Su Fidelidad? ¿por qué es tan difícil vivir sabiendo que Él nunca va a dejarnos porque nos es Fiel?
Pienso que el concepto humano de fidelidad se lo hemos trasladado a Él, y creemos que tarde o temprano se va a cansar y va a dejarnos a nuestras anchas para que suframos y nos arrepintamos. Puede incluso que pensemos que hay "mejores hijos" que nosotros, y que por eso no somos bendecidos.
Pero en realidad, DIOS es FIEL. Así de simple. Él es FIEL, siempre lo será. No hay nada que puedas hacer o dejar de hacer para que Él te deje, nada en este mundo puede cambiar Su decisión de amarte. Digamos que Él ya puso todos sus huevos en tu canasta y no se va a retractar. Él va a cumplir lo que te dijo que va a hacer, Sus propósitos siguen manteniéndose firmes, Sus planes no han sido reciclados para ti, Sus promesas siguen ahí esperando porque te decidas a creerlas.
Las personas que han sufrido una infidelidad, pasan pensando todo el tiempo en su pareja, pensando qué está haciendo, dónde está, con quién está, si le fallará de nuevo, si le dirá una mentira, si le ama aún, si fue su culpa, etc.
Pero nosotros podemos estar tranquilos, no hay razón para dudar. Descansa, tienes a un Dios Fiel profundamente comprometido contigo. ¿Puedes pensar en algo más reconfortante que eso? Yo no.
"Fiel es Dios" 1 Corintios 1:9
Es una historia algo enredada y muy larga para contarla acá. Pero lo resumo de la siguiente manera:
Mi mamá nunca creció junto a su papá, mi abuelo. Él se limitó a darle su apellido a ella y a mi tío y nada más. Mi mami lo buscó en muchas ocasiones, pero el rechazo fue siempre la respuesta que obtuvo.
Hace poco más de un año, mi mami se enteró que su papá estaba muy grave en el hospital. Decidió ir a visitarlo, estuvo pendiente de él, oró por él, le pidió perdón (admiro eso de mi mami, yo jamás lo hubiera hecho, ella no tenía por qué pedir perdón). Hace 6 meses, mi abuelo falleció. Mi mami otra vez, valientemente, asistió a su funeral, y pudo conocer a la "familia oficial" de su papá. Conoció a tres hermanas y un hermano, que nunca supieron que ella existía. Además, gracias al maravilloso Facebook, se contactó con otra hija de mi abuelo, que tampoco era de la "familia oficial".
Ahora, varios meses después mi mami ha seguido en comunicación con 3 de sus hermanas, dos de la "familia oficial" y la otra que está en la misma situación de ella, y con su hermano que está en otro país. El fin de semana anterior sus dos hermanas de la "familia oficial" llegaron a cenar a nuestra casa. Mi mami, mi hermana, mi cuñado y yo los recibimos. Y para serles honesta, pensé que iba a ser una situación incómoda, en la que estaría muda tratando de ser cordial con las nuevas "tías", y que yo no tenía mayor cosa que hablar con ellas.
Pero, para mi sorpresa, el ambiente fue totalmente diferente. Pasamos horas conversando de mil cosas, nos reímos mucho, nos contamos historias de infancia, descubrimos rasgos y características muy propias de nuestra familia ( ahora sé que mi papi es inocente de muchas cosas que tengo!). Fue como si nos conociéramos desde hace mucho, y había cierto grado de confianza que no pensé que existiría.
Esa noche, me fui a dormir con esa sensación de lo bueno que es tener más familia y de como eso ponía contenta a mi mami.
Me puse a pensar como Dios es igual con nosotros. No importa cuán lejos nos hayamos ido de Él, de Su casa o de Su familia, no importa cuánto tiempo hayamos estado lejos, ni siquiera importa cuánto hemos fallado. Lo cierto es que en cualquier momento podemos volver. Somos de la "FAMILIA OFICIAL" de Dios, no importa que no nos sintamos de esa manera. Llevamos Su marca, Su nombre (así como mi mami comparte el mismo apellido con sus nuevos hermanos), y podemos reunirnos con Él cuando lo necesitemos.
Lo mejor de todo es que no habrá reproches, reclamos o señalamientos. Seguramente, nos estará esperando con la cena lista, nos invitará a pasar a la mesa, podremos hablar con Él por horas, reírnos, llorar, ponernos al día y será como si nunca nos hubiésemos ido.
¿Hace cuánto no pasas una velada en familia? ¿Hace cuánto no te has sentado a hablar con Tu Papá? Hoy puede ser un buen día para hacerlo. No lo olvides, formas parte de la "familia oficial" de Dios.
"...Pero ustedes son miembros de la familia de Dios..." 1 Pedro 2:9 (TLA)
PD: Sé que si vendo esta historia, podrían hacer una novela! Y yo me haría rica! :)
En la película "Fools Rush In" (Sólo los tontos se enamoran) que protagonizan Matthew Perry y Salma Hayek, hay una trama bien peculiar en la que dos culturas y vidas totalmente diferentes se cruzan. Llega un momento en que la relación es insostenible e Isabel decide abandonar a Alex, aún sabiendo que está embarazada. Alex sigue con su vida sin ella, pero pasan varias cosas a su alrededor que lo hacen recordar que Isabel creía fielmente en las señales del destino. A medida suceden estos eventos cerca de Alex, él empieza a entender el mensaje que la vida está mandándole: debe buscar a Isabel, no debe perderla. Finalmente ellos terminan juntos y felices para siempre (como toda historia cursi de Hollywood).
Al ver esta película me he preguntado qué tan bueno es esperar "señales" para tomar decisiones en la vida. Quizá algunas veces he tendido a verlo desde el punto de vista romántico, pensando que debo esperar a que esas señales por arte de magia lleguen. Otras veces he sobre espiritualizado el asunto y espero que bajen ángeles del cielo o Dios me hable con voz de trueno para que me quede claro lo que Él me quiere decir. A veces me he preguntado si no es un signo de inseguridad o falta de fe pedir señales a Dios para hacer algo o no hacerlo.
Pero, en las últimas semanas me he encontrado con varios ejemplos de hombres y mujeres comunes que como es natural, tuvieron sus dudas y se atrevieron a pedir "señales" a Dios, y eso no los descalificó ni los hizo ganarse un regaño del cielo por dudar, ni mucho menos los borró del plan que Él tenía para ellos.
- Abraham, el "padre de la fe", pidió una señal a Dios para tener certeza que en efecto tendría un hijo y sería padre de multitudes (Génesis 15). Dios le dio esa señal.
- Gedeón, al que Dios llamó "hombre esforzado y valiente", estaba lleno de miedo por enfrentar a los madianitas. Y le pidió señales a Dios. ¿Sabes cuántas veces pidió señales? ¿Una? ¿Dos? ¿Tres? No. Fueron 4 veces!! (Jueces 6). Y Dios accedió a concederle cada una de ellas. Y de hecho, Gedeón venció a los madianitas con un ejército de solo 300 hombres.
- Ezequías, rey de Israel recibió una palabra por medio del profeta Isaías. Moriría. Así de simple. Pero Ezequías oró de tal manera a Dios que Él le concedió 15 años más de vida. Eso no fue suficiente para Ezequías, solo por si acaso, le pidió una señal a Dios para estar seguro que no se iba a morir. ¿Y sabes que pidió? Nada más y nada menos que la sombra del sol retrocediera 10 grados. Lo increíble es que Dios lo hizo!! (2 Reyes 20). A pedido de un solo hombre, el sol retrocedió su sombra en 10 grados (no estoy segura de todas las implicaciones físicas y matemáticas de ese hecho, pero Dios lo hizo).
Estos son solo unos cuantos ejemplos de las "señales" que la Biblia describe. Señales que fueron pedidas por personas como tú y como yo, que dudaron en un momento determinado, pero a los cuales Dios se las concedió. No por perfectos o merecedores, sino simplemente porque los amaba y quería asegurarse que ellos tuvieran paz en su corazón y creyesen que Él estaba con ellos.
No sé cuál sea tu situación particular en este momento. Pero si estás lleno de dudas, te animo a ir a Dios en oración y no tener miedo de pedirle que te muestre qué quiere de ti y cuál es Su voluntad para tu vida. Estoy segura que Dios no te va recriminar que dudes o que no tengas la fe suficiente. Como todo buen Papá, pacientemente te va a instruir y esperar hasta que estés listo para entender Su propósito y escuchar Su voz.
"Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada." Santiago 1:5