He comenzado a ver las publicaciones que la gente comparte en redes sociales despidiendo el año. Por lo que he tratado de hacer un resumen mental de lo que estos doce meses me dejan. Comparto con ustedes las lecciones más relevantes:
1. RENDIRSE SI FUNCIONA.
Tomé mi diario de oración y leí lo que escribí en Diciembre del año anterior. Debo decir que pocas veces he hecho oraciones como esa. Estaba rindiendo mis sueños, mi voluntad, mis anhelos al Señor. Le di permiso de hacer lo que quisiera y de decidir sobre mi vida. Como cristiana, muchas veces he dicho superficialmente que confío plenamente en mi Padre Celestial, pero la actitud del corazón es otra.
Sin embargo, esa oración fue honesta. Y aunque tuve muchas turbulencias este año, Él fue fiel y efectivamente, empezó a traer cambios en mi vida, dejó que ocurrieran cosas que en Enero anterior, no imaginé que pasarían. No tuve que hacer nada, Él hizo todo.
Así que si has estado luchando con el gobierno del Señor en tu vida, te animo a hacer una oración de rendición al iniciar el nuevo año. Quita tus manos del volante, muévete del asiento del conductor y déjale que conduzca tu vida como y hacia donde Él quiere.
2. EL SIGNIFICADO DE LA GRACIA.
Aunque nací en un hogar cristiano y escuché muchas veces la palabra Gracia en mi iglesia y hasta memoricé versículos al respecto, no fue hasta este año que entendí (y sé que me falta mucho) y me enamoré de la Gracia de Dios. No puedo explicar en un espacio tan corto, lo poderoso que esto es ni la libertad que Su Gracia trae, sólo puedo decir que había vivido sintiéndome silenciosamente culpable o imperfecta siempre y vivía tratando de hacer lo cristianamente correcto para no ser descalificada. PERO, estar consciente de esa Gracia en toda su dimensión, me da la plena seguridad que a pesar de mis fallas recurrentes y de mis luchas con tantos defectos, ya tengo todo lo que necesito, Su Gracia me hace apta, aceptada, amada y valorada.
3. LA GENTE NO SE QUEDA PARA SIEMPRE.
Aunque cueste entenderlo y duela un poquito, sencillamente no todo el mundo que está en mi vida hoy, estará mañana. Algunos eligieron irse, a otros decidí sacarlos y a otros Dios los trajo cuando no me lo esperaba. Hay que confiar en la Soberanía del Señor y saber que es parte natural de la vida decir adiós a personas que ya no formarán parte de tus días. Dejar ir es un proceso, pero día a día el Señor te fortalece para lograrlo.
Si estás cerrando este año con algunas personas menos en tu vida, confía en el control que Dios tiene de todo lo que ocurre, descansa sabiendo que Sus planes para ti son buenos con o sin ellos.
4. LLEVAR UN REGISTRO DE TUS PETICIONES DE ORACIÓN
Este año traté de retomar mi hábito de escribir mis oraciones y esta mañana mientras leía cómo empecé el 2016, me encantó poder tomar un lapicero y poner un cheque al lado de varias de ellas, como señal de que fueron contestadas.
Dios SI cumple, Él SI escucha; y tener un registro de ello ayuda muchísimo a incrementar tu fe. Una buena meta para el siguiente año puede ser que decidas empezar a llevar tu propio registro. Escribe sin restricciones, atrévete a pedir como niño, pon tus sueños en las manos del Señor y ten listo tu lápiz, estoy segura que el Señor va a responderte en muchos de ellos.
Que las lecciones que aprendiste este año cumplan Su propósito también. Oro porque cada prueba que enfrentaste dé fruto en tu vida y te prepare para cumplir el plan de Dios para ti.
¡Que el 2017 sea un año lleno de Su presencia y Gracia sobrenatural!
"Y Jehová va delante de ti; Él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides" Deuteronomio 31:8 RVR60
"Porque Yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: No temas, Yo te ayudo" Isaías 41:10 RVR60
"¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados" Isaías 43:19 NVI
sábado, 31 de diciembre de 2016
domingo, 11 de diciembre de 2016
Hablemos de Límites
Yo siempre había creído que tenía una personalidad fuerte y que no me dejaba tan fácilmente de la gente. Pero hace unos años descubrí que, como alguien que lucha con la codependencia (puedes leer más acá http://destellos7.blogspot.com/2015/05/mis-confesiones-mucho-gusto-soy-una.html), poner límites me resulta más complicado de lo que pensaba.
En su libro 'Límites', el Doctor Henry Cloud señala que: "Los límites definen a la persona. Definen lo que soy y lo que no soy. Un límite me muestra dónde termina mi persona y comienza otra persona" . Aparentemente suena fácil, pero en la práctica podemos estar permitiendo que otros crucen nuestros límites cada vez que quieren.
Es un tema extenso para discutir, pero es importante saber que "el concepto de límites proviene de la naturaleza misma de Dios...Él se define como un ser único e independiente, con responsabilidad propia...al decirnos lo que piensa, siente, planifica, permite y no permite, lo que le agrada y desagrada" . Él nos recuerda que es Soberano "Porque Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a Mí...Mi consejo permanecerá y haré todo lo que quiero" (Isaías 46:9-10), por lo tanto, establece que hay un límite entre Él y nosotros.
Algunos indicadores de que nuestros límites están flojos pueden encontrarse al responder preguntas como éstas:
- ¿Te cuesta decir que NO?
- ¿Dices que SI a lo que te parece malo?
- ¿No aceptas un NO de otros?
- ¿Tienes problemas poniendo en palabras tus emociones o sentimientos?
- ¿Terminas cediendo ante otros para no provocar un conflicto, por quedar bien o por miedo a ser desaprobado?
- ¿Acostumbras a tomar responsabilidades que no te corresponden?
- ¿La gente te pide favores con mucha frecuencia? (porque siempre les dices que si)
- ¿Andas silenciosamente amargado o murmurando porque otros no aprecian lo que haces por ellos?
- ¿Te vas a dormir con una sensación de que no eres valorado A PESAR de todo lo que haces por otros?
- ¿Has adquirido deudas, has bajado tus estándares o has hecho cosas que nunca te imaginaste capaz de hacer por temor/amor?
Estos son solo ejemplos generales de los problemas que enfrentamos las personas a las que nos cuesta poner límites. Y lamentablemente, a muchos se nos ha enseñado que el cristianismo se trata de un amor sacrificial constante, creemos que no decir que SI a todos nos convierte en cristianos poco amorosos; sin embargo, la vida cristiana no se trata de dejar que otros sobrepasen lo que somos.
Así que ánimo! No todo está perdido. Aunque hayamos pasado toda nuestra vida con límites casi inexistentes con tal de llevar la fiesta en paz con otros o con tal de ser buenos cristianos, aún podemos hacer algo, aún podemos comenzar HOY a cambiar eso.
Primero debes saber que los límites no se heredan, se construyen. En segundo lugar, recuerda que nuestra necesidad más profunda es la de pertenecer, ser parte de una relación, ser amado; y las buenas noticias son que "Dios es Amor" (1 Juan 4:16), es Su naturaleza estar en una relación contigo y conmigo. Esa ES tu relación más importante y de la que deberías llenar tu alma. Cuando Dios es tu primer amor, resulta más fácil establecer límites.
También recuerda que Él te creó con propósito. 2 Timoteo 1:9 dice "quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito Suyo y la gracia que nos fue dada". No fuiste hecho para vivir esclavizado a los deseos de otros, fuiste hecho para cumplir el Suyo.
Las personas que batallan para poner límites a los demás enfrentan sentimientos de frustración, nerviosismo, inseguridad constante, deseo exagerado de afirmación y reconocimiento (aunque no se exteriorice), miedo al abandono o a dejar de ser amado, sensación de poca valía, soledad, entre otros.
Si te has sentido invadido por ciertas personas, si consideras que la gente no está respetando lo que eres, lo que quieres, lo que haces, lo que te gusta; es tiempo de correr a los brazos del Señor, en Su presencia encontrarás la afirmación que necesitas. NINGÚN ser humano es capaz de satisfacer tu alma, eso es una ilusión. El dejar que alguien más cruce 'tu propiedad' no garantiza que tendrás plenitud. Decir siempre que SI no sanará tus relaciones ni evitará conflictos.
No confundamos el mandato de "amar al prójimo" con la inexistencia de límites, el amor no se demuestra de esa manera. Te recuerdo que ese mandato conlleva un segundo componente: "...como a ti mismo" (Lucas 10:27). No podemos ser capaces de amar a otros de forma saludable, hasta que nos sepamos y sintamos amados plenamente por nuestro Creador.
Hemos sido amados con amor eterno (Jeremías 31:3), poner límites-en sentimientos, en pensamientos, en las finanzas, en el tiempo, en distancia física, en las palabras, etc- es una expresión de amor hacia nosotros mismos.
No tengas miedo, sé valiente. Empieza a decir NO con más frecuencia, empieza a expresar lo que de verdad sientes y piensas, empieza a poner distancia si es necesario. Deja que Su perfecto amor te cubra y te afirme como el ser único que diseñó. Sé libre.
"...Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" Juan 10:10 RVR60
En su libro 'Límites', el Doctor Henry Cloud señala que: "Los límites definen a la persona. Definen lo que soy y lo que no soy. Un límite me muestra dónde termina mi persona y comienza otra persona" . Aparentemente suena fácil, pero en la práctica podemos estar permitiendo que otros crucen nuestros límites cada vez que quieren.
Es un tema extenso para discutir, pero es importante saber que "el concepto de límites proviene de la naturaleza misma de Dios...Él se define como un ser único e independiente, con responsabilidad propia...al decirnos lo que piensa, siente, planifica, permite y no permite, lo que le agrada y desagrada" . Él nos recuerda que es Soberano "Porque Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a Mí...Mi consejo permanecerá y haré todo lo que quiero" (Isaías 46:9-10), por lo tanto, establece que hay un límite entre Él y nosotros.
Algunos indicadores de que nuestros límites están flojos pueden encontrarse al responder preguntas como éstas:
- ¿Te cuesta decir que NO?
- ¿Dices que SI a lo que te parece malo?
- ¿No aceptas un NO de otros?
- ¿Tienes problemas poniendo en palabras tus emociones o sentimientos?
- ¿Terminas cediendo ante otros para no provocar un conflicto, por quedar bien o por miedo a ser desaprobado?
- ¿Acostumbras a tomar responsabilidades que no te corresponden?
- ¿La gente te pide favores con mucha frecuencia? (porque siempre les dices que si)
- ¿Andas silenciosamente amargado o murmurando porque otros no aprecian lo que haces por ellos?
- ¿Te vas a dormir con una sensación de que no eres valorado A PESAR de todo lo que haces por otros?
- ¿Has adquirido deudas, has bajado tus estándares o has hecho cosas que nunca te imaginaste capaz de hacer por temor/amor?
Estos son solo ejemplos generales de los problemas que enfrentamos las personas a las que nos cuesta poner límites. Y lamentablemente, a muchos se nos ha enseñado que el cristianismo se trata de un amor sacrificial constante, creemos que no decir que SI a todos nos convierte en cristianos poco amorosos; sin embargo, la vida cristiana no se trata de dejar que otros sobrepasen lo que somos.
Así que ánimo! No todo está perdido. Aunque hayamos pasado toda nuestra vida con límites casi inexistentes con tal de llevar la fiesta en paz con otros o con tal de ser buenos cristianos, aún podemos hacer algo, aún podemos comenzar HOY a cambiar eso.
Primero debes saber que los límites no se heredan, se construyen. En segundo lugar, recuerda que nuestra necesidad más profunda es la de pertenecer, ser parte de una relación, ser amado; y las buenas noticias son que "Dios es Amor" (1 Juan 4:16), es Su naturaleza estar en una relación contigo y conmigo. Esa ES tu relación más importante y de la que deberías llenar tu alma. Cuando Dios es tu primer amor, resulta más fácil establecer límites.
También recuerda que Él te creó con propósito. 2 Timoteo 1:9 dice "quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito Suyo y la gracia que nos fue dada". No fuiste hecho para vivir esclavizado a los deseos de otros, fuiste hecho para cumplir el Suyo.
Las personas que batallan para poner límites a los demás enfrentan sentimientos de frustración, nerviosismo, inseguridad constante, deseo exagerado de afirmación y reconocimiento (aunque no se exteriorice), miedo al abandono o a dejar de ser amado, sensación de poca valía, soledad, entre otros.
Si te has sentido invadido por ciertas personas, si consideras que la gente no está respetando lo que eres, lo que quieres, lo que haces, lo que te gusta; es tiempo de correr a los brazos del Señor, en Su presencia encontrarás la afirmación que necesitas. NINGÚN ser humano es capaz de satisfacer tu alma, eso es una ilusión. El dejar que alguien más cruce 'tu propiedad' no garantiza que tendrás plenitud. Decir siempre que SI no sanará tus relaciones ni evitará conflictos.
No confundamos el mandato de "amar al prójimo" con la inexistencia de límites, el amor no se demuestra de esa manera. Te recuerdo que ese mandato conlleva un segundo componente: "...como a ti mismo" (Lucas 10:27). No podemos ser capaces de amar a otros de forma saludable, hasta que nos sepamos y sintamos amados plenamente por nuestro Creador.
Hemos sido amados con amor eterno (Jeremías 31:3), poner límites-en sentimientos, en pensamientos, en las finanzas, en el tiempo, en distancia física, en las palabras, etc- es una expresión de amor hacia nosotros mismos.
No tengas miedo, sé valiente. Empieza a decir NO con más frecuencia, empieza a expresar lo que de verdad sientes y piensas, empieza a poner distancia si es necesario. Deja que Su perfecto amor te cubra y te afirme como el ser único que diseñó. Sé libre.
"...Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" Juan 10:10 RVR60
viernes, 2 de diciembre de 2016
La Espera Afuera de Un Quirófano II
De nuevo estoy sentada en una sala de espera, afuera de los quirófanos de un hospital. Aquella vez fue mi hermana (http://destellos7.blogspot.com/2014/02/la-espera-afuera-de-un-quirofano.html), ahora es mi mamá. Los nervios siempre están presente, no importa que los médicos te digan que es una cirugía sin mayores complicaciones, tu cabeza se llena de diferentes escenas posibles que pueden ocurrir, la mayor parte de ellas no están muy llenas de fe.
Esta semana me ha impactado mucho la noticia del accidente del avión que transportaba a un equipo completo de fútbol sudamericano. Eventos como este te recuerdan cuán frágil es la vida. Te subes a un avión, debes confiar en el piloto. Te meten a un quirófano, debes confiar en el cirujano.
Lo ideal sería que no tuviéramos que enfrentar momentos de esta naturaleza, pero cuando ocurren, Dios aprovecha para recordarte que es Soberano, que absolutamente todo está bajo Su control, que como su hijo puedes descansar en Él.
Anoche; mi hermana, mi cuñado y yo oramos por mi mami. En esos minutos, Él me recordó cada situación de salud que mi familia ha enfrentado y cómo hemos visto Su fidelidad en cada una. Sé que hoy no va a ser la excepción, sé que testificaremos de nuevo. Él no va a comenzar a fallarnos ahora.
Sin embargo; el silencio de la espera es espantoso. La ansiedad cada vez que la puerta de la sala se abre es poderosa. Hay una familia junto a mí, aguardando por un papá y esposo al que le están realizando una cirugía delicada de columna. Al menos, alguien comparte mi sentir.
Debo confesar que sentada en estas sillas que me parecen tan duras e incómodas, empecé a hacerle decenas de preguntas al Señor. No ha sido con una actitud desafiante, ha sido más bien, como una niña curiosa con dudas genuinas que detesta desconocer 'el plan' y que externa sus interrogantes a su papá, para ver si logra sacarle alguna información para que su nivel de ignorancia sea menor.
En medio de esa ráfaga de preguntas, un solo pensamiento ha sido suficiente para darme paz. Recuerdo que cuando en el 2006 mi papá falleció, Dios me dijo que los mismos votos matrimoniales que mi papi había hecho con mi mamá en su boda, a partir de ese momento Él los hacía con ella. Él hacía un pacto de fidelidad, de amor eterno, de estar con ella en las buenas, en las malas y en las peores; de acompañarle en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza.
No se trata de mí, de ella o de los médicos. Se trata de Él, de Su fidelidad, de Su pacto con mi mamá. "Él no puede negarse a sí mismo" (2 Timoteo 2:13), en Él no hay "mudanza ni sombra de variación" (Santiago 1:17).
¿Cómo puedo dudar? ¿Cómo puedo argumentar?
Solo puedo confiar, solo puedo descansar en mi Dios Soberano, mi Dios de pactos.
"Él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores" Isaías 53:4 DHH
"Les doy la paz, Mi propia Paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo" Juan 14:27 TLA
Esta semana me ha impactado mucho la noticia del accidente del avión que transportaba a un equipo completo de fútbol sudamericano. Eventos como este te recuerdan cuán frágil es la vida. Te subes a un avión, debes confiar en el piloto. Te meten a un quirófano, debes confiar en el cirujano.
Lo ideal sería que no tuviéramos que enfrentar momentos de esta naturaleza, pero cuando ocurren, Dios aprovecha para recordarte que es Soberano, que absolutamente todo está bajo Su control, que como su hijo puedes descansar en Él.
Anoche; mi hermana, mi cuñado y yo oramos por mi mami. En esos minutos, Él me recordó cada situación de salud que mi familia ha enfrentado y cómo hemos visto Su fidelidad en cada una. Sé que hoy no va a ser la excepción, sé que testificaremos de nuevo. Él no va a comenzar a fallarnos ahora.
Sin embargo; el silencio de la espera es espantoso. La ansiedad cada vez que la puerta de la sala se abre es poderosa. Hay una familia junto a mí, aguardando por un papá y esposo al que le están realizando una cirugía delicada de columna. Al menos, alguien comparte mi sentir.
Debo confesar que sentada en estas sillas que me parecen tan duras e incómodas, empecé a hacerle decenas de preguntas al Señor. No ha sido con una actitud desafiante, ha sido más bien, como una niña curiosa con dudas genuinas que detesta desconocer 'el plan' y que externa sus interrogantes a su papá, para ver si logra sacarle alguna información para que su nivel de ignorancia sea menor.
En medio de esa ráfaga de preguntas, un solo pensamiento ha sido suficiente para darme paz. Recuerdo que cuando en el 2006 mi papá falleció, Dios me dijo que los mismos votos matrimoniales que mi papi había hecho con mi mamá en su boda, a partir de ese momento Él los hacía con ella. Él hacía un pacto de fidelidad, de amor eterno, de estar con ella en las buenas, en las malas y en las peores; de acompañarle en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza.
No se trata de mí, de ella o de los médicos. Se trata de Él, de Su fidelidad, de Su pacto con mi mamá. "Él no puede negarse a sí mismo" (2 Timoteo 2:13), en Él no hay "mudanza ni sombra de variación" (Santiago 1:17).
¿Cómo puedo dudar? ¿Cómo puedo argumentar?
Solo puedo confiar, solo puedo descansar en mi Dios Soberano, mi Dios de pactos.
"Él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores" Isaías 53:4 DHH
"Les doy la paz, Mi propia Paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo" Juan 14:27 TLA
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